La depuesta líder birmana y nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, de 77 años, se encuentra en una celda aislada no suficientemente protegida de las inclemencias del tiempo y no recibe la comida que necesita, por lo que ha perdido peso.
Así lo afirma este viernes el medio independiente birmano Myanmar Now, que cita tres fuentes próximas a la situación de la que fuera consejera de Estado y líder de facto birmana cuando los militares tomaron el poder el 1 de febrero de 2021 y la detuvieron junto al resto de su Gobierno.
Según este medio, Suu Kyi se encuentra en una celda en una prisión en Naipyidó en la que, de seis ventanas, solo tres se pueden cerrar adecuadamente, quedando expuesta a las lluvias y siendo afectada por las altas temperaturas.
“No se queja, pero es difícil. De lo que quiere comer, no siempre tiene suficiente, no tiene una dieta saludable”, dijo una fuente cuya identidad no es revelada a este medio.
Aung San Suu Kyi se encuentra bajo un régimen de confinamiento solitario desde hace un mes decretado por los militares golpistas.
En varios procesos a puerta cerrada celebrados por un tribunal de la Junta militar, la política birmana ha sido condenada a 11 años de prisión y fue trasladada a finales de junio a una prisión en Naipyidó después de permanecer desde la sublevación bajo arresto domiciliario en un lugar desconocido.
El portavoz de la junta militar, Zaw Min Tun, confirmó entonces a Efe que Suu Kyi había sido trasladada a una prisión, donde permanecerá aislada del resto de presidiarios.
Suu Kyi, quien previamente fue vista con el traje de reo que usan en Birmania, afronta además una decena de acusaciones por cargos como corrupción o violación de la ley de Secretos Oficiales y de ser hallada culpable podría suponer una pena conjunta superior a los 150 años de prisión.
El golpe de Estado militar puso fin a la frágil transición democrática en Birmania y sumió al país en una profunda crisis política, social y económica, al tiempo que abrió una espiral de violencia con nuevas milicias civiles que ha exacerbado la guerra de guerrillas que la nación vive desde hace décadas.
El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude masivo durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado ha sido anulado y en las que el partido de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
Al menos 2.111 personas han muerto a raíz de la brutal represión ejercida por policías y soldados, que han llegado a disparar a matar contra manifestantes pacíficos y desarmados, según los datos recabados por la ONG birmana Asociación para la Asistencia de Presos Políticos, que cifra en casi 15.000 los detenidos desde entonces.
EFE