David Ortiz llegó a Cooperstown para su cita histórica con el Salón de la Fama

David Ortiz llegó a Cooperstown para su cita histórica con el Salón de la Fama

El exjugador de las Grandes Ligas David Ortiz, en una fotografía de archivo. EFE/ Orlando Barría

 

El encuentro histórico entre el dominicano David Ortiz y el Salón de la Fama del béisbol de las Grandes Ligas se producirá este domingo, cuando el estelar exjugador de los Medias Rojos de Boston será homenajeado en el templo de este deporte en Cooperstown (Nueva York).

La exaltación del expelotero, de 46 años, al Salón de la Fama es el punto culminante de una carrera en la que llevó a los Medias Rojas a tres títulos de la Serie Mundial hasta convertirse en una de las leyendas de esta franquicia.

En 20 temporadas, Ortiz fue uno de los peloteros de mayor influencia en la MLB por su trabajo tanto dentro como fuera del terreno.

Con su ingreso a la inmortalidad, Ortiz une su nombre a sus compatriotas Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero Jr. (2018).

Con la llegada de Ortiz y los cubanos Orestes ‘Minnie” Miñoso y Tony Oliva elegidos por el Comité de Veteranos, el total de latinos con un lugar en este museo del béisbol asciende a 18 peloteros.

Ortiz vivirá este momento con la alegría que siempre lo ha caracterizado ya que él y su equipo han organizado el “Cooperstown Dominican Latin Fest”, un evento que reunirá a 5.000 personas y en el cual estarán en escena los merengueros quisqueyanos Fernando Villalona y Sergio Vargas, el salsero Yiyo Sarante, el exponente del género urbano El Alfa y el animador musical DJ Adonis.

MÉRITOS CONTRASTADOS

Para llegar a este punto de gloria para todo beisbolista, ‘Big Papi’, como es conocido, jugó 2.408 partidos, en los que disparó 2.472 hits en 8.640 turnos oficiales. Así, logró un promedio de bateo de .286.

Ortiz distribuyó sus tablazos en 632 dobles, 19 triples y 541 cuadrangulares.

Llevó 1.768 corredores a la registradora y anotó 1.419 carreras.

Ortiz encabezó la Liga Americana en carreras remolcadas en tres ocasiones (2005 con 148; 2006 con 137 y 2016 con 127), conquistó un liderato de jonrones (2006 con 54) y uno dobles (2016 con 48).

LETAL EN POSTEMPORADA

En la postemporada su legado está entre los más grandes de la historia, como lo muestra su currículum, con una media de bateo de .289 con 17 jonrones, 61 carreras remolcadas y 51 anotadas en 85 partidos.

Sus números en Serie Mundial fueron espectaculares.

Logró una línea ofensiva de .455, junto a tres vuelacercas, consiguió una media de una anotación y una remolcada por juego. Acumuló 14 anotadas y 14 empujadas en 14 compromisos, y consiguió la victoria en las tres ediciones (2004, 2007 y 2013), incluida la de 2004, que acabó con 86 años sin ganar (1919-2004) para Boston.

Este desempeñó en la postemporada, escenario en el que destrozó a los rivales históricos de los Medias Rojas, los Yanquis de Nueva York, en la memorable remontada de un 0-3 en la Serie de 2004, fue lo que catapultó a ‘Big Papi’ en su camino a la consagración.

DISTINCIONES DE ESTRELLA

En su trayectoria, Ortiz fue convocado a diez Juegos de Estrellas y ganó siete veces el Bate de Plata como el mejor designado de temporada.

Fue el Jugador Más Valioso de la Serie de 2004 y de la Serie Mundial de 2013.

‘Big Papi’, quien ostenta la marca de jonrones en una temporada para los Medias Rojas con 54, también cuenta con el título del Festival de Jonrones en la edición correspondiente al Juego de las Estrellas de 2010.

Terminó en seis ocasiones entre los primeros seis en la disputa por el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

LABOR SOCIAL QUE SALVA VIDAS

El dominicano también ha brindado alegría y nuevas esperanzas a niños afectados por enfermedades cardíacas a través del Fondo para la Niñez David Ortiz.

Creado en 2005, el fondo ha permitido cientos de niños de República Dominicana y Estados Unidos recibir procedimientos quirúrgicos para tratar deficiencias y enfermedades.

Su labor fue reconocida con el premio Roberto Clemente en 2011.

Ortiz también se ha tornado un referente de fortaleza para Boston tras el atentado durante el Maratón en 2013. Su imagen transmite más que la del bateador que se paró en el plato y venció a sus rivales.

Desde este domingo, Cooperstown se encargará de preservar su legado. /EFE

 

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