El desespero de una crisis que no da tregua, por más que el chavismo ponga amortiguadores, es lo que empuja a cientos de venezolanos a poner en riesgo su vida para atravesar uno de los caminos más peligrosos conocidos hasta el día de hoy por los que ha pasado la diáspora criolla: la selva de Darién, frontera entre Colombia y Panamá.
Por Angélica García Sequera / lapatilla.com
Los testimonios son más escalofriantes que los mismos datos que se dan a conocer sobre robos, violaciones, muerte y abandono. Y es que en promedio unos 500 desplazados de varias nacionalidades salen diariamente de esa impredecible área selvática; al menos 60% de ellos son venezolanos y 20% de esa cifra corresponde a niños y adolescentes. Pero estos números solo corresponden a los que finalizan la travesía por el Darién, aún se desconoce cuántos ingresan.
Así lo dijo el profesor universitario y abogado Rafael Domínguez durante el live de Instagram “Darién: la pesadilla en busca de un sueño” de la Comisión Espacial de Justicia y Paz de la Asamblea Nacional (AN) legítima y moderado por el diputado Marco Aurelio Quiñones, presidente de la subcomisión de Atención a los Exiliados.
Domínguez resaltó que hasta ahora se contabilizan 28.079 venezolanos que lograron cruzar el Tapón de Darién y que una vez que llegan a Panamá su situación no mejora: “cuando llegas, eres ilegal”.
El abogado recordó que Venezuela es nueva en este tipo de migración que se decide por atravesar esta peligrosa selva, ya que otras nacionalidades como los haitianos y cubanos tienen tiempo optando por esta ruta.
“En el mejor de los escenario la ruta cuesta unos 500 dólares”, aseguró, pero el precio no es solamente el económico, pues la vida misma de los caminantes está en riesgo. Las mafias presentes en el lugar hacen de esta migración un negocio, Domínguez destacó que son estos mismos grupos irregulares quienes también los roban, violan y matan; agregó que hasta “los obligan a hacer actividades regulares para dejarlos cruzar”.
Territorio desconocido
Carlos Lozano, presidente del partido político Camina, detalló en la transmisión en vivo algunos de los caminos que la población venezolana toma al momento de atravesar el Darién y recalcó que no se puede confiar en ningún punto de las ruta, ni por las más sencillas: “la muerte puede estar en cualquier lugar, por la lluvia o por una picada de serpiente”.
“Hay muy poca información del recorrido”, enfatizó y por ello insistió que “es necesario documentar la ruta”.
Lozano mencionó que muchos en las redes sociales aseguran que la selva se atraviesa en tres noches pero la realidad es que los caminantes pueden tardar de cinco a diez noches “porque la selva es totalmente virgen” y cambia constantemente. “No hay un camino o una ruta marcada. En la selva no hay comunicación, llueve durante 10 meses“.
“No es lo mismo que la atraviese un atleta y alguien mentalmente preparado en cuatro noches que un migrantes con afecciones de salud, niños, mascotas o equipaje”. Lozano ha hablado con varios venezolanos decididos a cruzar el Tapón y, pese a sus consejos de no hacerlo, igual lo hacen; les recalcó que si tan solo uno de ellos debe detenerse por cualquier motivo todo el grupo se retrasa y es por ello sus condiciones de salud previa deben ser óptimas (sin contar los incidentes del camino).
Otro punto importante que mencionó, es que la costa de la región es una zona turística donde muchos se aprovechan de la desesperación de los migrantes, incluyendo los involucrados en el tráfico de personas. Lozano agregó que existe una ruta para acortar el camino por la selva que consiste en pagar una lancha en esa zona costera “por un costo desde 40 a 60 dólares”.
El dirigente político señaló que hasta “se crean campamento para comercializar las rutas” y atender a migrantes con alimentos y atención médica. “El presupuesto para cruzar a México son 2 mil dólares, pero los que atraviesan el Darién llevan mil dólares” o menos. Pero desde estos campamentos pagos y los humanitarios con ayudas de ONG o gubernamentales “no se dan abasto”. “Es costosísima esta ruta a nivel de vida y a nivel económica”, sentenció.
Debido a esto, Lozano fue bien claro en su propuesta: “propongo que se organicen grupos en varios puntos (de la selva) para documentar e informar realmente lo que está pasando para que sirva de GPS” (y así también advertir y ayudar a los caminantes), y de esta forma “calcular cuales son las rutas menos peligrosas” ya que no se puede detener la cantidad de gente que hace el recorrido pero sí se puede disminuir la cantidad de muertes.
Venezolanos vs. la feroz selva
Fabiola Zavarce, embajadora de Venezuela en Panamá representando a la AN legítima, destacó en la transmisión de Instagram que la cantidad de venezolanos que cruzan el Tapón del Darién “viene en ascenso alarmante y acelerado desde enero de este año”; las cifras mensuales oscilan entre los dos mil a cuatro mil criollos.
“Es el volumen de venezolanos quienes encabezan las cifras, que no era lo típico”, pero debido a un país en una grave crisis causada por el chavismo muchos cedieron a esta ruta. “Hay venezolanos que salen al Darién desde otros países de Suramérica y otros, los más vulnerables, que parten desde Venezuela”, agregó.
Zavarce hizo mención a varias situaciones complicadas en Panamá que complican el camino a los venezolanos en su travesía, ya que es un país donde “llueve 10 meses al año y hay una crecida de ríos, el único verano se da es en enero”, tal condición climática se ve potenciada en la selva fronteriza.
“Hay diferentes formas de cruzar el Darién, algunas de menos riesgos, pero sigue siendo una selva que no ha sido conquistada“, dijo la embajadora. “Es una zona de las que tiene más biodiversidad en el planeta” y testimonios aseguran que el terreno cambia constantemente por lo que “no hay ruta definida”: “la ruta que sirve para un grupo, dos horas después no sirve para otro”. La naturaleza es uno de tantos factores que pueden causar desgracias y contratiempos, todo ello “sin contar los grupos irregulares que hacen eco de estas tragedias humanas”.
La representante diplomática venezolana habló sobre lo que las autoridades panameñas catalogan como “flujo controlado de migrantes”, que se trata de quienes toman un bus en alguna zona del Darién hasta la frontera con Costa Rica y desde allí continúan el trayecto. Sin embargo, las vías de estos transportes han sido afectadas por las protestas locales en Panamá, por lo que los buses no han podido cruzar y los migrantes se adentran en la peligrosa selva.
Y como si fuera poco, “cuando los venezolanos llegan a Panamá (y salen del Darién), hay una ruta que se hace en canoa a través del río y el viacrucis continúa”.
Zavarce hizo especial reconocimiento a las labores de Unicef, Cruz roja, Médicos Sin Frontera, Acnur y Migración Panamá que siguen trabajando para atender a los migrantes en su tortuoso camino por la selva. Agregó que su oficina los contactan, la mayoría de las veces, en casos extremos “cuando en los grupos tienen fallecidos o personas inhabilitadas para continuar”. La inmensa cantidad de testimonios que recogen de los venezolanos que superaron los caminos del Darién coinciden que no son rutas para niños, ancianos o mujeres embarazadas.
No lo hagan
Los tres ponen en la transmisión fueron especialmente enfáticos en que la primera recomendación es no atravesar el Tapón del Darién a pie debido a su alta peligrosidad. Pero reconocen de las dificultades económicas para subsistir en Venezuela es el principal impulso para buscar mejor calidad en otros países a costa su vida propia, por lo que coinciden que el flujo de venezolanos no va a detenerse en esa selva.
Rafael Domínguez apuntó a la “la situación política y económica del país” como el principal el culpable de estos inimaginables escenarios y tragedias en el Darién. “El poco crecimiento económico es lo que determina que los venezolanos busquen este tipo de salidas. Esto no se va a detener”.
Por su parte, Carlos Lozano destacó que “la situación económica en Venezuela no genera futuro, ni paz, ni tranquilidad”. Señaló que “la mayoría de los jóvenes que cruzan son clase media baja” que venden algunas pertenencias y emprenden su camino.
“El llamado es de advertencia para que se abstengan de cruzar, pero eso no es impedimento”, admitió Lozano. Por ello fue muy claro en la necesidad de que estos venezolanos se informen a lo que se pueden enfrentar, tarea difícil debido a que aún hay mucho desconocimiento y desinformación sobre la selva. “La ruta del Darién dista muy distante de las rutas de venezolanos por Suramérica”, donde los criollos atravesaban miles de kilómetros de carreteras, desiertos y lugares con menos complicaciones.
Recalcó que “no es solamente un problema de Panamá y de Colombia sino de toda la región”, ya que esta diáspora pasa por Costa Rica, México y hasta EEUU.
Asimismo y por último, Fabiola Zavarce señaló que el aumento de venezolanos en el Darién tiene relación la “supuesta estabilidad en Venezuela” que quiere pintar el chavismo pero que realmente no existe: “los venezolanos no consiguen como subsistir en Venezuela” y otros connacionales, que salen de la región suramericana, aspiran establecerse en países más estables en comparación a donde residen.
La embajadora hizo un llamado a las autoridades y fuerzas políticas para que sean responsables con sus recomendaciones sobre cruzar el Darién. Y aunque aclaró que son caminos que los migrantes no deberían recorres, deben tener un plan bastante e informarse sobre cómo es la selva.