El trágico accidente vial que se cobró la vida de al menos 15 venezolanos en Nicaragua, según los últimos datos, deja una estela de dolor detrás de la diáspora que huye de la debacle en nuestro país para buscar mejores destinos.
lapatilla.com
El hecho ocurrió durante la noche del pasado miércoles 27 de julio cuando un bus con decenas de migrantes cayó por un precipicio tras chocar contra dos automóviles en la Carretera Panamericana, también denominada “La Cucamonga”, muy cerca de la frontera con Honduras.
Uno de los venezolanos que sobrevivió al percance comentó, para el micrófono de la televisora local Yes TV, cómo fueron los minutos de angustia.
“Pensé que me iba a morir, nos fuimos por un precipicio, mucha gente cayó arriba mío, sentía que me estaba asfixiando, ahogando, no veía nada”, narró el hombre.
“Como pude, luché hasta salvar mi vida. Pude ver una claridad y ahí fue donde me dieron más fuerza mis hijos y pude lograr salir del autobús, por en verdad, ya yo estaba que me entregaba”, agregó.
Durante un instante de fortuna, este superviviente logró sacar la cabeza por una ventana del vehículo y luego alcanzó a sacar parte de su cuerpo. “Me calmé, agarré aire, pensé que me iba a dar una vaina con el mismo trauma, los mismos nervios”, apuntó antes de agradecer a Dios por mantenerse con vida.
El entrevistado aseguró que en el autobús venía un aproximado de 90 personas, con exceso de peso y la mayoría de pie. Por si fuera poco, “el chofer venía a exceso de velocidad”, comentó.
“Casi todo el autobús era venezolano. Muchos paisas de nosotros fallecieron. Hasta ahorita me di cuenta que van 14 venezolanos muertos, da tristeza y dolor”, lamentó.