Sri Lanka retomó las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para alcanzar un préstamo con el que obtener bienes esenciales y combustible en medio de la crisis económica que azota el país, anunció este viernes el Ministerio de Finanzas del país asiático.
La búsqueda de un acuerdo entre el equipo de expertos del FMI y las autoridades esrilanquesas se paralizó debido a las fuertes protestas en el país desde el pasado mayo, indicó Finanzas en un comunicado, que provocaron la huida del exmandatario Gotabaya Rajapaksa y el nombramiento de Ranil Wickremesinghe como nuevo presidente.
“Un acuerdo con el equipo de expertos sería un importante avance hacia la aprobación por parte del FMI de un instrumento de financiación ampliado, que a su vez ayudaría a traer la muy necesaria ayuda financiera exterior para Sri Lanka”, añadió el Ministerio.
Las autoridades esrilanquesas precisaron que están trabajando con el banco de inversión Lazard y el bufete Clifford Chance para “alcanzar un consenso” y reestructurar la deuda exterior del país, que entró en impago el pasado abril.
“El Gobierno está comprometido en interactuar con sus acreedores de buena fe para alcanzar un programa de reestructuración comprensivo que tenga un resultado justo y sostenible para todas las partes”, dijo.
Sri Lanka afronta la peor crisis económica desde su independencia del Imperio británico en 1948, provocada en parte por el gran endeudamiento, erradas políticas gubernamentales, y el impacto de los atentados de Pascua y la pandemia en el turismo.
La grave crisis económica de Sri Lanka, que ha secado sus reservas en divisas, ha dejado a la nación sin liquidez suficiente para adquirir recursos energéticos, combustible o gas, lo que ha degenerado en un riguroso racionamiento eléctrico diario.
El Banco Mundial (BM) informó ayer que no planea ofrecer nueva financiación a Sri Lanka hasta que el país tenga “un marco de política macroeconómica adecuado”. EFE