“La mayor contribución del siglo a la salud de la mujer estadounidense, a las mujeres de todo el mundo, y de hecho representa el descubrimiento más significativo, prácticamente útil, del gran campo del cáncer de nuestro tiempo”.
Por BBC
Esas palabras fueron pronunciadas en un discurso durante una reunión especial de la Federación General de Clubes de Mujeres en Estados Unidos en 1957.
El honrado era el doctor George Papanicolaou, el científico que desarrolló la prueba que lleva su nombre.
Como alguien que ha recibido tratamiento para prevenir el cáncer de cuello uterino como resultado de su descubrimiento, quise descubrir la historia detrás de él.
Una historia más larga de lo necesario pues tomó tiempo antes de que su hallazgo fuera aceptado.
Y una historia de dos, pues hubo alguien que no sólo evitó que tirara la toalla, sino que fue parte de la investigación.
Originario de la isla griega de Eubea, el doctor Papanicolaou tuvo una carrera temprana muy variada.
Tras estudiar filosofía, literatura, lenguajes y música en la Universidad de Atenas, siguió el consejo de su padre y se convirtió en cirujano.
Adquirió experiencia en el ejército. También se formó en zoología en Alemania y realizó una expedición de investigación oceanográfica con el príncipe Alberto I de Mónaco en 1911.
Luego sirvió en la Primera Guerra de los Balcanes.
A otro mundo
En pos de una vida mejor viajó a EE.UU. en 1913, a la edad de 30 años.
Su sobrina nieta, Olga Stamatiou, le dijo a la BBC que se fue de Grecia sin la bendición de su padre, decidido a seguir su pasión.
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