El término ‘culebrón’ es lo más adecuado para explicar el fin de la relación entre Fernando Alonso y Alpine. El piloto asturiano dio un volantazo a lo que parecía una renovación ya acordada, si bien lo que parecían unos últimos flecos se convirtieron en una piedra imposible de mover.
Por 20Minutos
El fichaje de Alonso por Aston Martin ha supuesto todo un golpe en el equipo anglofrancés. Tanto es así, que Otmar Szafnauer, uno de los grandes culpables de que el español haya cambiado de aires, asegura que se enteró por el comunicado de Aston Martin, como el 99% de los aficionados e incluso periodistas (esta vez no hubo filtraciones). Horas antes, según el rumano, Alonso le aseguró que no había firmado nada.
Szafnauer está dolido por las formas de Alonso, ya que considera que el español ha actuado a sus espaldas y a las del equipo mientras públicamente decía que la renovación se iba a resolver “en una conversación de 10 minutos”.
Lo que no explica el jefe de equipo de Alpine, que ahora ha quedado a los pies de los caballos mediáticos, es cómo se ha llegado a un punto en el que su piloto no le coge el teléfono mientras está de vacaciones en un yate por las islas griegas mientras pasa el huracán.
El ridículo de Alpine con Piastri
Aunque la ruptura se debe a muchos factores, el primero no es ni económico (Alonso tiene la vida más que resuelta), ni tampoco por la duración del contrato (Alonso quería un 1+1 con posibilidad de continuidad y Alpine le ofrecía un 1+1 cerrado). Aunque ambos factores sí influyeron, Alonso ha echado en falta que le den algo más de cariño. Las relaciones hay que cuidarlas: no vale con decirse ‘te quiero’ si luego no hay gestos que lo acompañen, como un regalo sin motivo o un simple “qué orgulloso/a estoy de ti”.
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