Tras varias denuncias de madres gestantes recibidas por la corresponsalía La Patilla en Táchira, se realizó una visita al área de Inmunizaciones del Hospital Central de San Cristóbal, en donde se pudo confirmar mediante el personal y un aviso en una puerta, que no hay Vacuna de Bacillus Calmette-Guerinn (BCG) desde hace un mes en este hospital de la red pública, cuyo biológico es la protección contra la tuberculosis.
Anggy Polanco // Corresponsalía lapatilla.com
Al consultar con el personal de la mencionada unidad, de forma extraoficial, se conoció que en la red pública de salud del estado Táchira, el 40% del esquema de inmunización está ausente. Vacunas como la antineumocócica no se consiguen en los centros asistenciales desde hace varios años.
En torno a este tema, Jaime Lorenzo, médico especialista en Salud Pública en el área de Administración de Hospitales y director de Médicos Unidos de Venezuela, expuso a La Patilla que Venezuela en el siglo pasado, por intermedio del programa ampliado de inmunizaciones y la oficina que dependía de la Dirección de Epidemiología, se adquirían vacunas dentro de una planificación, a través de las grandes industrias que las producían en otros países, lo que le garantizaba a los venezolanos vacunas de alta calidad, así como espacios suficientes para mantener la cadena de frío.
“A principio de este siglo, por una política propia del Ministerio de Salud, Venezuela comenzó a adquirir vacunas dentro del fondo rotatorio de la OPS (Organización Panamericana de la Salud), un mecanismo donde los países miembros y signatarios adquieren vacunas a un precio mucho menor, lo único que ya no son vacunas de una institución de reconocido nivel, sino que son vacunas que, aunque cumplen con las características técnicas que exige la OPS, son producidas en países no precisamente desarrollados“, explicó el galeno.
Pero para estar en ese fondo rotatorio, los países signatarios tienen que estar al día con los pagos de una cantidad de dinero que les permita entonces concursar o participar en la adquisición de vacunas a bajo precio, ya que mediante ese mecanismo la OPS logra hacer negociaciones de volúmenes de vacunas a precios inferiores de lo que podrían costar en el mercado normal.
“Pero Venezuela tiene varios años excluida del fondo rotatorio por no pagar las cuotas correspondientes“, informó el especialista en Salud Pública
Es por esta razón que al no estar adquiriendo vacunas por esta vía ni por ninguna otra, es que Venezuela presenta un déficit de vacunas, muchas de ellas son las que están incluidas dentro del programa ampliado de inmunizaciones, como tal es el caso de la BCG.
La otra opción que tendría Venezuela para adquirir vacunas sería a través de empresas reconocidas, pero Médicos Unidos advierte que todo biológico que vaya a ser usado en seres humanos, tiene que cumplir con las exigencias de calidad y las pruebas necesarias para que estar seguro de que ese producto cumpla con la inmunidad necesaria y que no produzca daños en el corto, mediano y largo plazo en el ser humano.
Jaime Lorenzo señaló que en el país también deben revisarse las cadenas de frío en varios estados, así como el mecanismo de vacunación frente al Covid- 19, tomando en cuenta los recurrentes apagones que sufren muchas poblaciones venezolanas.