El Consejo Superior de la Democracia Cristiana se une a la indignación expresada por numerosos sectores de la vida nacional ante la entrega que pretende hacer Nicolás Maduro de un millón de hectáreas de nuestro territorio a la República Islámica de Irán. Esta medida, según informaron los medios de comunicación, forma parte de un convenio suscrito el día 11 del pasado mes de junio en Teherán entre Maduro y el presidente iraní Ebrahim Raisi.
Frente a esa decisión tomada a espaldas del país y en abierta violación del artículo 13 de nuestra Constitución que prohíbe ceder, traspasar, arrendar o enajenar de ninguna forma nuestro territorio a Estados extranjeros o a otros sujetos de derecho internacional, queremos formular las siguientes consideraciones:
1-Nicolás Maduro se ha referido a un milagro económico realizado por los iraníes “que han creado tecnologías para la producción agrícola en zonas desérticas”. Y dijo, según sus cifras, que “en nuestro país de treinta y tres millones de hectáreas cultivables quedan treinta millones de hectáreas perfectas para cultivar”.
Sin embargo, calificados sectores de la producción agropecuaria han rechazado el proyectado acuerdo, por considerar inviable y lesivo a los intereses nacionales, el insertar en el mundo rural venezolano a una población venida de tan lejanas tierras con lengua, religión, historia, cultura y costumbres totalmente ajenas a las nuestras. Todo esto con el fin de producir alimentos para una potencia extranjera utilizando las bondades del suelo venezolano.
Y afirman, en cambio, que contamos en el país con personal empresarial, profesional, técnicos y mano de obra en condiciones de producir los alimentos que se requieren, sin necesidad de emprender una dañina, costosa y turbia colonización que el país no necesita y no requiere.
Resulta incomprensible que mientras millones de nuestros campesinos emigran a otros países en búsqueda de condiciones de vida más dignas, el régimen socialista, en vez de atender con patriotismo y solidaridad a esa lacerada diáspora se dispone a sustituirla por miles de extraños inmigrantes, seleccionados con rigurosidad por la tiranía persa.
2-Sin duda, a diferencia de los otros aliados internacionales de Maduro, los objetivos económicos de Irán forman parte de un plan superior orientado a la imposición de la fe islámica, y a la siembra de valores contrarios a los que profesamos tradicionalmente en Venezuela y en el resto del mundo occidental.
Comprendiendo esa realidad, en 2020 Monseñor Mario Moronta afirmaba en un extenso documento dado a conocer a través de los medios de comunicación social, que los iraníes estaban poco interesados en nuestros recursos porque su objetivo fundamental es establecer en nuestro país una base estratégica de carácter geopolítica.
Dijo entonces: “lograron sin mucho esfuerzo un espacio de penetración en un lugar privilegiado de América Latina”.
Y recientemente, la PLATAFORMA AGROALIMENTARIA NACIONAL, al denunciar los peligros de estos dañinos convenios recientemente suscritos, advirtió sobre la creación en nuestro país “de un enclave persa- musulmán en el corazón de una nación latino-cristiana”.
Estas razones explican por qué de los tres países visitados por Maduro en esta última gira (Argelia, Turquía e Irán), en los que ofreció con el mismo fervor las famosas tierras cultivables venezolanas, sólo la Republica de Irán, a pesar de su milagro agrícola, se mostró dispuesta a enviar hombres y mujeres a establecerse en estos campos arruinados por la revolución socialista.
3-Finalmente el Consejo Superior de la Democracia Cristiana expresa su preocupación ante el peligro que significa esta negociación realizada con un Estado calificado cómo terrorista, que puede colocarnos en un escenario de conflictos provocados por esa tiranía totalitaria. Y exhorta a los ciudadanos y a las legítimas instituciones venezolanas a denunciarla en todas las instancias posibles como la sepultura de nuestra soberanía.
Caracas 6 de Agosto de 2022
CONSEJO SUPERIOR DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA. (C.S.D.C)
Nota de prensa