Este miércoles se cumplen tres meses del asesinato del fiscal antimafia de Paraguay, Marcelo Daniel Pecci Albertini, mientras se encontraba de luna de miel en Barú, una playa ubicada a 45 minutos en lancha de Cartagena.
Por eltiempo.com
En una ágil y rápida investigación adelantada por la Fiscalía General, la Policía Nacional, en coordinación de agencias de Estados Unidos y autoridades de Paraguay, se logró la identificación y captura (3 de junio) de cinco personas (una más se encuentra prófuga) sindicadas de haber perpetrado el crimen en Colombia.
Entre ellos Francisco Luis Correa Galeano, de 43 años, a quien señalan las autoridades de ser el cerebro del crimen que conmocionó al mundo, por la forma en que se ejecutó y porque Pecci era considerado en la región como un fiscal incorruptible y mano dura contra los capos del narcotráfico.
Pecci adelantaba varias investigaciones contra carteles de Brasil – Primer Comando Capital, PPC, y Comando Vermelho – contra los clanes paraguayos: Rotela e Insfrán, además de una causa contra un expresidente de su país.
De hecho, las autoridades paraguayas han venido investigando un presunto ataque contra Pecci, horas antes de su matrimonio, como lo ha relatado un amigo cercano; lo intentaron sacar del camino hombres de una célula del PPC contratada por un narco paraguayo.
EL TIEMPO tuvo acceso a partes de la versión que Correa Galeano le entregó a las autoridades de los tres países sobre el crimen del fiscal y que han sido la base para tratar de identificar a los autores intelectuales.
De acuerdo con Correa a él lo ubicaron en Medellín dos hermanos colombianos (dedicados al tráfico de cocaína y que las autoridades califican como narcos puros) a petición de una persona que hace parte de una las redes más grandes dedicadas al tráfico de cocaína en Paraguay.
Las autoridades han logrado establecer que estos hombres se iniciaron en el bajo mundo como ladrones y tras integrarse a la estructura criminal que se hace llamar ‘Los Paisas’, fueron adquiriendo los contactos para el tráfico de cocaína; uno de ellos registra tres entradas a la cárcel y antecedentes penales.
De hecho, en una cárcel de Honduras habría conocido a uno de los capos de la cocaína en Paraguay y de ahí vendría su conexión.
Correa, que no aceptó los cargos y que hoy busca un acuerdo con la Fiscalía General y con la DEA para evitar su extradición a Estados Unidos, narró a las autoridades que recibió dos mil millones de pesos por la muerte de Pecci, pago que le hicieron los narcos colombianos (cuyos nombres este diario se abstiene de publicar por no entorpecer la investigación).
En entrevista con EL TIEMPO hace dos semanas el fiscal Francisco Barbosa se refirió a la investigación sobre el caso Pecci y señaló “en este momento tenemos seis personas vinculadas, entre ellas cuatro que ya fueron condenadas, a otro de los vinculados estamos por formularle acusación y tenemos pendiente la materialización de una orden de captura”.
Y, sin referirse a Correa, dijo: “Por lo pronto, no hemos llegado a un acuerdo puntual con uno de los detenidos, pero en su momento, si logramos ese acuerdo, le informaremos al país esa decisión, y seguimos avanzando en el camino de los determinadores”.
Correa aseguró a las autoridades que “el dinero, la logística y la información para matar a Marcelo Pecci la habrían enviado directamente desde Paraguay” y que la misma se la hizo llegar un tercero, un hombre que haría parte de una red de narcotráfico internacional.
El hombre, que está a la espera de su juicio, reiteró que su labor fue la de ubicar los sicarios y planear la ejecución del plan criminal y que para ello a través de un contacto en Venezuela, integrante de la red criminal ‘Tren de Aragua’, contacto a Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza (quien asesinó a Pecci y quien está prófugo), a Wendre Stil Scott Carrillo y a Eiverson Adrián Zabaleta Arrieta (condenados a 23 años y seis meses de prisión), a quienes les pagó 400 millones de pesos por el crimen.
¿Quién ordenó matar a Pecci?
Con base en el testimonio de Correa, las autoridades colombianas, estadounidenses y paraguayas estuvieron desarrollando varios perfiles criminales para generar una hipótesis sólida que hoy apunta a que el homicidio de Marcelo Pecci fue ordenado por el ‘clan Insfrán’, una red dedicada al tráfico de cocaína liderada por Sebastián Marset Cabrera y Miguel Ángel Insfrán Galeano.
El detonante para la muerte de Pecci se habría registrado el 22 de abril de este año cuando se emitió orden de captura contra cinco de los 7 hermanos Insfrán, ese día fue capturado el menor de ellos, Conrado Ramon Insfrán Villalba.
Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Tío, por los antecedentes de Pecci dio por cierto que él había ordenado las capturas de sus familiares y habría ordenado su muerte. Situación que las autoridades de Paraguay hoy reportan como falsa; Pecci no solicitó esas capturas ni llevaba ese proceso.
‘Tío Tío’ también culpaba a Pecci de la captura (2012) de Jaime Andrés Franco Mendoza, compadre y su hombre de confianza, a quien condenaron a 18 años de prisión.
¿Corrupción?
La situación en Paraguay es compleja frente a la problemática del narcotráfico y corrupción, este lunes tras un acalorado debate en el Congreso se rechazó la posibilidad de abrir un juicio político contra la fiscal general de ese país Sandra Quiñonez, a quien señalan de estar posiblemente vinculada a la venta de información de inteligencia para los carteles de las drogas.
Esto en medio de la llamada operación A Ultranza PY, desarrollada en febrero contra las grandes redes del narcotráfico que involucra entre otros a Arnaldo Giuzzio, quien fue ministro de la Secretaria Nacional Antidrogas (Senad). La teoría es que mientras se realizaba la actividad ,los narcos eran advertidos de la misma.
La diputada Celeste Amarilla aseguró el lunes en medio de la sesión que el fiscal “Lorenzo Lezcano tenía toda la información sobre (Sebastián) Marset, sobre (Miguel Ángel) Insfrán; es decir, la fiscal Natalia Fuster mintió al decir que no había nada”.
Y añadió: “En ese tiempo (…) la muerte de Pecci, llegan varios ofrecimientos de compra del expediente. El PCC quería comprar la información (…) y se vendió la información, alguien vendió la información. ¿Y quiénes pueden ser los que vendieron la información? El comando tripartita o la Fiscalía General”, aseguró la diputada Amarilla.