Expertos exigen cerco epidemiológico para evitar brote de la viruela del mono en Venezuela

Un personal médico camina en un pasillo de un sitio de vacunación contra la viruela del mono. (Foto por JULIEN DE ROSA / AFP)

 

Las sirenas retumban en el mundo y se van acercando más a Venezuela, por lo que especialistas advierten la necesidad del riguroso cerco epidemiológico para evitar la propagación de la viruela del mono, considerando la cercanía y alta movilidad que se tiene con Colombia, donde se han confirmado más de 55 casos. Exigen el control en los accesos, más aún frente al riesgo del paso clandestino, lo cual es un protocolo de resguardo que debió mantenerse ante la pandemia por covid-19.

Por Guiomar López | LA PRENSA DE LARA





Es una preocupación que tiene el antecedente en el primer caso confirmado el pasado 12 de junio, procedente de un viajero que venía de España. Pero luego no se obtuvo más detalles y en base a ese silencio de la máxima autoridad sanitaria queda la incertidumbre del seguimiento que se le debería dar a esta enfermedad que desde mayo afecta a más de 75 países. Un motivo suficiente para que sea considerada como “Emergencia de salud pública de preocupación internacional” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y cuyos síntomas pueden ser desde fiebre, cefalea, dolores musculares, ganglios linfáticos inflamados, debilidad en general y que se complementa con la erupción en la piel, incluso en los genitales. Las personas se infectan por contacto directo, incluso sexual.

Su raíz endémica desde África se abre camino ante el mundo, acercándose cada vez más a Venezuela por su recorrido en el continente americano. Para principios de agosto, Estados Unidos reportaba casi siete mil casos y admitía la emergencia nacional, con más énfasis en New York, Illinois y California. Una decena de infectados se conoció en Ecuador y uno de ellos murió, debido a complicaciones con una enfermedad preexistente. Pero se reduce la brecha ante la incidencia en el vecino país con más de 55 colombianos contagiados y los nexos que se tienen de permanente movilidad con venezolanos que —muchas veces forzados por la necesidad— van a comprar alimentos o medicinas, regresando el mismo día.

Oídos sordos
Desde la Academia Nacional de Medicina han sido consecuentes para sugerir y advertir a las autoridades en torno al manejo de este tipo de enfermedades. El doctor, Huniades Urbina, insiste en ese llamado que realizaron a través de un comunicado público en procura de que se implementen medidas para su control y evitar una posible propagación.

“Es que no se conoce la información porque ni se mencionó la evolución del caso confirmado en el país”, señala de la necesidad de la población por conocer si realmente se le dio el seguimiento y el abordaje al círculo más cercano o de contacto directo con este paciente. Se ignora su clínica y el tiempo de recuperación.

Frente a esos vacíos, recuerda que la OMS ubica a la viruela del mono en el mismo grado de urgencia que a la pandemia por covid-19 y de la erradicación de la poliomielitis. Lo importante es trabajar por evitar la diseminación que puede darse de ese contacto directo con los fluidos corporales y lesiones cutáneas, además de superficies o implementos utilizados por afectados.

Tales fundamentos le confirman esa necesidad de declarar la alarma sanitaria para ubicar recursos y emprender acciones. Además de reforzar la capacidad para el diagnóstico y monitoreo genético del virus.

Sin subestimar
No bajar la guardia es el recordatorio de Deyanira Gentile, miembro del Colegio de Médicos de Lara, al reiterar que el control desde las fronteras y demás accesos debería mantenerse, tal como lo exige la pandemia. “Seguir los protocolos de bioseguridad y de confirmación con diagnósticos”, advierte y lamenta ese desconocimiento en torno al seguimiento que se le esté haciendo a nivel nacional. Un llamado con más fuerza para aquellos venezolanos cercanos a las fronteras o con actividades permanentes vinculadas con el vecino país.

Recuerda que confiarse sería un riesgo, por lo que se debe insistir en la necesidad de protegerse con las medidas básicas que empiezan por la higiene y la constante del lavado de manos.

Para el epidemiólogo, Iván Molina, se desconoce la capacidad que se tengan de contar con los reactivos y realizar las pruebas de serología que den con el diagnóstico a tiempo. Un hecho indispensable para poder confirmar a tiempo y lograr establecer la clínica del paciente, así como el tratamiento pertinente.

Advierte que la población debería conocer la sintomatología y así evitar caer en la amenaza de confundir la viruela del mono con la varicela, conocida como lechina. Las lesiones suelen tener más secreción y generar más dolor, sin necesidad del incómodo picor, característico de la varicela.

Recalca lo más urgente del control en fronteras con más detenimiento en esas personas que presenten erupciones en la piel y deban someterse al diagnóstico inmediato.

Es una necesidad que claman los especialistas frente a las amenazas desde países vecinos que siguen sumando casos, mientras Venezuela se debate con la opacidad de la información.

Avanza y supera fronteras
El desplazamiento no se ha detenido desde mayo de 2022 y es que los reportes de los países afectados siguen hablando de la diseminación de la viruela del mono. Una advertencia que mantiene el seguimiento desde la OMS para asumir las medidas de prevención y control epidemiológico, para evitar rebrotes con más de 28.880 casos.

Los registros van desde decenas hasta miles de casos, tal como lo indicaron las autoridades en Estados Unidos al conocer del registro de unos siete mil casos y que marcó el comienzo de agosto. Pero al confirmar la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se tiene que entre los países más afectados está Brasil con 1.721 afectados, Perú con 505 positivos y México con 147 contagios.

También resalta que de los 55 casos reportados en Colombia, la mayoría de 41 casos son de Bogotá. Un hecho alarmante por la cercanía con Venezuela y esa necesidad de los criollos por buscar medicinas de alto costo o cualquier otros artículos a precios más bajos.

El eco retumba por el mundo y puede ser más estremecedor ante la omisión de acciones que permitan prevenir el acecho de una enfermedad que sumaría más preocupación, cuando ni se termina de superar el ataque del covid y ese largo proceso que ha tenido con las subvariantes de ómicron.

Tratar de cortar riesgos
Los rebrotes pueden frenarse desde el cerco epidemiológico por las autoridades sanitarias y la conciencia de responsabilidad personal, al sentirse con síntomas y acudir al especialista para tener la confirmación del diagnóstico. Una dupla que reitera la OMS con el llamado a la protección permanente frente a la viruela del mono.

Las recomendaciones empiezan para pacientes que deberían aislarse en una habitación, usar un baño separado o limpiar después de cada uso, limpiar las superficies que se tocan con frecuencia con agua y jabón y un desinfectante doméstico. También es prudente evitar barrer o aspirar porque está la amenaza de que se podría remover las partículas víricas y provocar que otros terminen contagiados.

Además de usar utensilios, toallas, ropa de cama y aparatos electrónicos separados. Lo más prudente sería lavar su propia ropa y con el más mínimo cuidado, levantar la ropa de cama, las prendas de vestir y las toallas sin agitarlas. Ubicar los materiales en una bolsa de plástico antes de llevarlos a la lavadora y lavarlos con agua caliente a más de 60 grados.

La ventilación es lo más recomendable y por esto es ideal empezar por abrir las ventanas y evitar espacios cerrados completamente. Recordar a familiares el lavarse las manos periódicamente con agua y jabón o un gel hidroalcohólico desinfectante para manos.