Desde el inicio de la pandemia, los síntomas del coronavirus siempre se han asociado a los de una gripe común. Por esta razón mucha gente contrajo la enfermedad sin saberlo y pensando que se trataba de un simple constipado. De hecho, el Ministerio de Sanidad, dirigido por Carolina Darias, estimó en enero de 2022 que hasta el 25% de la población española se contagió de Covid-19.
Por abc.es
Una cifra que se presupone que ha aumentado considerablemente. Porque las nuevas variantes del virus se han hecho dominantes en el mundo entero y han multiplicado su poder de contagio.
Pero del mismo modo que el coronavirus y sus mutaciones han avanzado, también lo ha hecho la capacidad de su diagnóstico. Porque en varias ocasiones no hace falta ni recurrir a un test PCR o de antígenos, ya que numerosos estudios han ayudado a distinguir los signos del Covid de otras muchas enfermedades.
Los síntomas que apuntan a un contagio de Covid
Algunos de ellos son publicados en Zoe Covid. Esta empresa de origen británico se dedica al recuento y a la difusión de contenido relacionado con el coronavirus, convirtiéndose en toda una referencia en Reino Unido. En él trabaja Tim Spector, que además de ser uno de los fundadores de la compañía, es profesor de Epidemiología Genética en el King’s College de Londres.
Sus últimas aportaciones están centradas en la detección del coronavirus a través de la sintomatología de los afectados. De hecho, el experto ha determinado que hay dos efectos que son indicios claros de contagio de SARS-CoV-2.
Spector apunta a que si una persona se despierta con fatiga, a pesar de haber dormido las horas suficientes para descansar, y con dolor de garganta
«Actualmente hay el doble de casos de Covid que de resfriados comunes. La proporción nunca ha sido tan alta. Los síntomas son muy similares, excepto que generalmente más fatiga y dolor de garganta, así que es mejor asumir que se trata de Covid», ha asegurado Spector.
Hasta el momento, la fatiga y el dolor de garganta estaban considerados como posibles signos de contagio, aunque nunca se había determinado en qué momento del día se podían hacer más latentes.