A medida que el régimen de Daniel Ortega siga atrayendo sanciones internacionales y las multilaterales vayan endureciendo otro vez el grifo financiero, la sostenibilidad de las finanzas públicas dependerá por completo de la generosidad de China, una apuesta sobre la que no puede fallar el Gobierno porque traerá consecuencias nefastas al gasto público, determinó The Economist Intelligence Unit (EIU) en una nueva actualización sobre la situación del país correspondiente a agosto.
En el análisis, EIU señala que aunque Nicaragua se podrá beneficiar ampliamente de los recursos de China, eso no evitará quelas autoridades monetarias impulsen un proceso de consolidación fiscal, que implica ajustarse el cinturón en el gasto, ya golpeado por reducciones en las asignaciones para inversión pública.
La apuesta de los Ortega, según The Economist Intelligence, es que China proporcione nuevas fuentes de financiación y inversión, una posibilidad que el clan orteguista ve viable porque consideran que los volúmenes de recursos que necesita su administración es pequeño frente a lo que significa Pekín en cuanto al tamaño mundial de su economía y cooperación internacional.
Los “funcionarios chinos probablemente estarán dispuesto a cubrirlo a cambio de un aliado estratégico en una región que EE.UU. considera estar dentro de su propia esfera de influencia”, insiste EIU.
Pero eso no va a significar que los volúmenes de recursos que vendrán de China serán suficientes, advierte. Y es por eso que prioridad a corto plazo del gobierno de Ortega será la consolidación fiscal, particularmente porque su carga de amortización (pago de la deuda pública) será relativamente pesada en 2022-2026”.
“Aunque el financiamiento chino (tanto dentro como fuera del presupuesto) brindará cierto alivio, no eliminará por completo la necesidad de medidas de ajuste del cinturón (en el gasto público)”.
Pero si Ortega falla en su apuesta por China, su política de ajuste fiscal para asegurar la sostenibilidad de las finanzas pública profundizará. “El principal riesgo para nuestras previsiones se centra en la generosidad de la asistencia financiera china; si esto resulta decepcionante, la política fiscal será más contractiva de lo que actualmente proyectamos, ya que los políticos nicaragüenses generalmente son reacios a monetizar los déficits”.
Leer más en La Prensa de Nicaragua