Después de que la nueva ministra de Minas y Energía colombaina, Irene Vélez, aseguró que en el proceso de transición energética se podría considerar la importación de gas natural desde Venezuela, para cubrir un eventual déficit por la suspensión de extracciones, se levantó toda una polémica, que ahora, es comentada por el expresidente colombiano Álvaro Uribe.
Por EL TIEMPO
El exmandatario advirtió sobre los riesgos que podría generar la dependencia exclusiva de la importación de combustibles desde Venezuela. Además, recordó un episodio en el que el país vecino no pudo cumplir con la exportación del gas hacia Colombia.
A través de un comunicado, Uribe señaló cada una de sus reservas sobre la pretensión del nuevo Gobierno, en cabeza del presidente Gustavo Petro:
“El nuevo Gobierno ha anunciado que no asignaría nuevos contratos de gas y/o petróleo. Además, que cancelaría los proyectos piloto o de prueba de fracking. Y que traerían gas de Venezuela.
En consecuencia con lo anterior, Colombia perdería su autosuficiencia, que actualmente tiene asegurada gracias a la combinación de energías renovables y convencionales. Autosuficiencia con excedentes exportables y en armonía con el sendero de reducción de emisiones netas.
En cuanto aquello de traer gas de Venezuela hay luces que no alumbran y sombras muy grandes. Este vecino tiene cerca de 200 teras cúbicas en reservas, mientras Colombia cuenta con menos de 4 teras. Sin embargo, la realidad allá no es fácil.
Cuando con el Presidente Chávez firmamos el contrato de venta de gas a Venezuela, la mayor contraprestación era el suministro a Colombia después de 2012. Esto no se dio, no sabemos cuántas razones hubo, pero es claro que existen problemas de gasoductos y de ubicación de los pozos. En efecto, la mayor parte de las reservas de Venezuela se encuentran en el oriente del país y al parecer todavía no hay infraestructura para traerlas al occidente, frontera con Colombia. En el Golfo hay una mínima parte, afirman que entre 4 o 5 teras, de donde podrían suministrar a Colombia a precios razonables para nuestros usuarios.
Pero al parecer tampoco existe el gasoducto para conectar con el de la Guajira, que dejaron de usar en 2015, y este no tiene conexión con el que trae gas al Caribe y al Interior de nuestro país. De resolverse estos obstáculos, más ilusión que realidad, el suministro de gas desde el Occidente de Venezuela solamente alcanzaría a ser paliativo para épocas de dificultades en Colombia como aquellos veranos del Niño, que se anticipa uno para dentro de 2 años.
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