A un año de la tragedia en Tovar, damnificados siguen esperando por viviendas dignas

A un año de la tragedia en Tovar, damnificados siguen esperando por viviendas dignas

A un año de la tragedia en Tovar, damnificados siguen esperando por viviendas dignas

 

 

 

Se cumplen 365 días de aquella noche en la que el agua arrastró todo lo que encontró a su paso, borrando del mapa viviendas, carreteras, carros y sepultando vidas humanas en Tovar, estado Mérida.

Jesús Quintero // Corresponsalía lapatilla.com

Las fuertes lluvias dejaron también acueductos destruidos y deteriorados, cloacas tapadas, municipios sin energía eléctrica, calles inundadas de lodo y piedras por doquier.

La tragedia queda como un mal recuerdo en los sobrevivientes, una catástrofe que dejó al menos 20 personas fallecidas y centenares de damnificados en el sector El Corozo de este municipio del Valle del Mocotíes.

A un año de esta dramática situación, lo vivido no se borra de la mente de los tovareños: cada vez que llueve, el corazón se acelera, temen que, por segunda vez, el agua les arrebate lo poco que les queda y que han ido recuperando con el sudor de su frente.

Mariozy Bodre, una de las refugiadas a un año de la tragedia, no olvida esa situación que tuvo que pasar y que no se lo desea a nadie. Lleva un año viviendo en la institución, aunque hay rumores de pasillo, de adjudicación de viviendas, pero no hay nada en concreto. Siguen esperando ser reubicados para tener una mejor calidad de vida.

En el refugio también hay niños pequeños, incluso, recién nacidos, que aunque no tuvieron la culpa de lo que pasó aquella noche, también forman parte de damnificados que junto a sus familias esperan ser reubicados.

Los servicios básicos son un tanto irregular: deben llenar baldes de agua para mantenerse y la electricidad también falla de vez en cuando.

Joel Criollo Criollo, otro de los afectados de aquella noche del 23 de agosto, recalcó que “lo perdí todo, absolutamente todo”. Dijo que en el refugio no hay privacidad, y que ve mucho egoísmo entre las personas.

“La privacidad, la comodidad, las condiciones del refugio no son las más adecuadas. Se duerme en áreas habilitadas dentro de la institución, pero que a su vez debemos compartir”, agregó Criollo.

Aunque han tenido cierta ayuda de los entes gubernamentales, el patrimonio de muchos años no se recupera de la noche a la mañana.

Varias familias continúan viviendo “provisionalmente” en el Liceo Félix Román Duque en Tovar, y hasta la fecha no pierden la esperanza de una pronta reubicación en viviendas dignas.

Sin embargo, el pasado 2 de agosto, el alcalde del municipio Tovar informó en su acostumbrado encuentro con los medios locales sobre la aprobación de recursos para la culminación de unos apartamentos que se vienen construyendo en el sector La Jabonera para dignificar a las familias que hace un año lo perdieron todo.

Solo queda esperar que las promesas se conviertan en hechos concretos y logren al menos ser reubicados en viviendas dignas para seguir con sus vidas.

De aquella tragedia, las imágenes no se borran. Las familias mantienen cada día el recuerdo de un antes y un después de aquella noche del 23 de agosto de 2021.

La esperanza es lo último que se pierde, la fe puesta en Dios y la fortaleza que reconforta para seguir adelante, a pesar de las adversidades, donde lo material se recupera. Pero queda la tristeza por los familiares arrastrados por la corriente, y que muchos no volverán a abrazar.

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