Una mujer que trabajaba en la tienda del profesor Álvaro Díaz Pineda, y quien fue la única sobreviviente de la masacre de la familia Díaz, relató a la Policía Judicial lo que vivió en la madrugada del domingo, en la vereda Buenos Aires, zona rural de Landázuri, Santander.
Por: El Tiempo
EL TIEMPO dialogó con uno de los investigadores, quien aseguró que la primera hipótesis apunta a que los presuntos homicidas de la familia, cuatro ciudadanos venezolanos que fueron posteriormente asesinados por la comunidad, habían logrado hace unos meses que Díaz les prestará 22 millones de pesos para ingresar a una explotación de carbón.
Según informaron las autoridades, los cuatro señalados atacantes muertos, así como un quinto que aún no ha sido capturado, le informaron la semana pasada al profesor que habían logrado una ganancia, por lo que Díaz les pidió que empezaran a pagar la deuda.
“Ellos le dijeron al profesor que pagarían, pero que el sábado era para celebrar y que para eso se encontrarían en la tienda en la noche”, dijo el investigador, quien añadió que, de acuerdo con el relato de la sobreviviente, “los hombres empezaron a beber, ella se había ido a acostar y escuchó unos gritos”.
Era la voz del profesor que les decía: “No me vayan a matar, si yo lo que les hice fue un favor con esa plata, no sean tan…”, la sobreviviente se paró y vio en el piso a la esposa del profesor, no sabía si estaba viva.
“La niña de 13 años se abalanzó para proteger al papá y los hombres la atacaron con arma blanca, lo mismo pasó con el otro hijo”, les relató la mujer a los investigadores.
EL TIEMPO se abstiene de entregar mayores detalles de las muertes del profesor, su esposa y sus dos hijos por respeto a la familia.
La mujer les narró a los investigadores que cuando la descubrieron la iban a matar, pero que uno de los hombres que estaba en el lugar y que la había pretendido se opuso, al señalar que era mejor que se “muriera quemada”, y que con palabras vulgares describió que era mejor su muerte así “por no haber querido estar con él”.
La sobreviviente señaló que los atacantes le prendieron fuego a la tienda y se fueron, ella como pudo se liberó y logró huir y avisar a la comunidad lo que había pasado.
El investigador señaló que, al parecer, la comunidad se dividió y unas personas fueron a ubicar a los señalados homicidas y otros se quedaron para atender a la familia Díaz.
Cuando llegaron, la casa estaba en llamas y nada pudieron hacer por la familia, “todo indica que los hombres, al prenderle fuego a la casa, pretendían hacer parecer la masacre como si la hubiera perpetrado un grupo al margen de la ley y así evadir a las autoridades, pero no se imaginaron la reacción de la comunidad”, puntualizó.
En este momento, las autoridades se concentran en ubicar al quinto implicado y en establecer cómo procedió la comunidad.