En Riohacha, Bucaramanga, Cali, Cúcuta, Bogotá, Barranquilla y Medellín se desarrolló el “Estudio del mercado laboral con foco en la población refugiada y migrante venezolana y colombianos retornados” para analizar las dificultades laborales que enfrentan estas personas en nuestro país.
Una de las conclusiones más importantes es que en temas de trabajo para migrantes venezolanos en Colombia hay una gran brecha que dificulta la inclusión laboral de quienes llegaron desde el vecino país, por diferentes causas, atribuibles, por ejemplo, al difícil panorama del desempleo que generó la pandemia y a la escasez de plazas de trabajo formal y de calidad.
“Las brechas entre la oferta y la demanda de capital humano en el mercado laboral se traducen en barreras de acceso, tanto para la población refugiada y migrante, refugiada o retornada, como para la población receptora, en este caso la colombiana, cuyas consecuencias son cuellos de botella en la competitividad, la productividad y la empleabilidad”, asegura el estudio.
Ahora bien, una de las buenas noticias es que las personas venezolanas están aprovechando las puertas que les abren para capacitarse en entidades como el SENA, y están certificando sus conocimientos; sin embargo, en la práctica eso no se traduce en suficiente trabajo para los migrantes venezolanos en Colombia
“Se determinó también que muchas personas venezolanas están accediendo a formación o la certificación de sus saberes, pero que allí existe una oportunidad de mejora real para elevar sustancialmente su acceso al mercado”, revela el documento.
Otra de las conclusiones es que, a pesar de que muchos migrantes están suficientemente preparados y certifican su formación, habitualmente no reciben oportunidades laborales acordes con ella.
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