Brasil es el mayor exportador de jugo de naranja de todo el mundo. Pero se acusa a esta enorme industria de explotar a sus trabajadores y poner en peligro su salud y seguridad. ¿Cuánta verdad encierran estas acusaciones?
Por: DW
“Trabajas haga sol, lluvia, frío o calor extremo. Es agotador a nivel físico, un saco pesa 27 kilos”, cuenta Alfonso. Él es uno de los 50.000 trabajadores que cosechan naranjas para la producción de jugo, cada año entre mayo y diciembre en el estado de São Paulo. Cada uno de ellos carga al menos 1,6 toneladas diarias, y esto tiene sus consecuencias. El exdirector sindical Abel Barreto denuncia que sufren enfermedades y problemas de salud.
Los sindicatos y las ONG llevan años tratando de combatir los abusos en la industria. Las autoridades también se involucran: el fiscal José Maturana, del Ministerio de Trabajo de Brasil, lleva a cabo inspecciones de forma regular. Como él mismo relata: “Me encuentro con muchos trabajadores que no están debidamente registrados. Sus condiciones de vida son precarias, no cuentan con equipo de protección ni tienen un lugar para comer”. Y sin embargo, para muchos trabajadores, la cosecha de naranjas representa la única forma de ganar dinero para mantener a sus familias.
Este documental se adentra en la hermética industria de jugos de Brasil. En él se entrevista a sindicalistas, trabajadores, antiguos dueños de plantaciones, representantes de la industria local y de la industria del jugo alemana. Todo para tratar de responder una pregunta: ¿a qué precio se produce nuestro jugo de naranja?