Jhonson Zorrilla, de 56 años, llegaba a su casa en el barrio La Estrada en el occidente de Bogotá, en Colombia. Era biciusuario y cuando se bajó de su vehículo, a solo unos pasos de su destino, dos venezolanos, ladrones que se convirtieron en asesinos, lo atacaron de forma brutal, con una piedra, en la cabeza y lo mataron para robarlo.
Por Semana
En videos de seguridad quedó registrado el terrible instante en que los dos asesinos, con una piedra como arma, sometieron a Jhonson de un solo golpe. Luego en el suelo y agonizando, los dos asesinos esculcaron a la víctima. De forma descarada e inhumana, no se detuvieron después del ataque, buscaron en los bolsillos de la víctima, después huyeron.
Las cámaras del sector registraron el ataque y también a los asesinos. La Fiscalía adelantó la investigación, semanas después fue capturado Edgar Francisco Acosta, un ciudadano venezolano que negó siempre su responsabilidad, pero que ahora un juez halló responsable del brutal asesinato, lo condenó.
Fue un proceso que duró 13 meses, pero que por fortuna dejó una condena, la primera por el asesinato de Jhonson Zorrilla. El asesino esperaba jugarle a la justicia una trampa a través del vencimiento de términos, pero no contaba que del lado de la familia de Jhonson, un abogado, Marlon Díaz, asumió la representación de víctimas y en ese propósito logró impulsar el proceso hasta la condena.
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