En artículo publicado ayer 30S por Eduardo Fernández, cuyo título aflora un cambio titular, mas no de pensar, en el cual dice: “…el cambio económico que el Movimiento Unión y Progreso le están presentando a la opinión pública nacional tiene que ver con el cambio político…”. Todo referido a una “…Arquitectura Institucional del estado democrático. De la Nueva Democracia que aspiramos comenzar a construir a partir del cambio político electoral que debe producirse el año 2024…”, nos lleva a pensar en la necesidad de reflexionar sobre lo bueno o malo, lo cierto o lo equivocado del desempeño político de los venezolanos que convivimos en esta tierra de gracia, y a la “Nueva Democracia” que aspiramos a construir los venezolanos sin discriminación. Y aquí encontramos un choque de intereses, que sabemos es un sinsentido y sinpensar, cuando revisamos desde temprano en la mañana la pletórica pantalla del teléfono con su inclemente WhatsApp, que muchas veces nos insta al odio y a la discordia.
Sin dudas, es obvio que todo cambio obliga a pensar en lo bueno y en lo malo, en los pro y en los contra, pero en este proyecto que anuncia Eduardo Fernández, no hay dudas en la dirección de su línea para el cambio, ya que su dirección a nuestro entender es la correcta, ningún cambio político surgirá como magia o válido si no se inicia con el cambio económico. No es un decir, sino que de eso alertan las ciencias administrativas, en el entendido que no habrá ningún resultado político propuesto, si no contamos con una economía que lo apoye. Obviamente, dependiendo de la orientación política que se tome, porque tenemos la experiencia de haber contado con el mayor ingreso económico recibido en toda la historia de Venezuela y eso le sirvió al chavismo para lograr el milagro al revés.
Pero hay algo en su exposición que debemos considerar, por lo que llama la atención cuando en una segunda propuesta nos lleva a “…adoptar el modelo de Economía Social y Ecológica de Mercado que tanto éxito ha tenido en los países que lo han ensayado en Europa occidental y en el extremo oriente (Japón). Ese modelo que se resume en la frase: ‘Tanto estado como sea necesario, tanto mercado como sea posible´…”. Confesamos que nos es extraña la propuesta, pero conociendo la teoría la vemos como válida y nos aferramos a la credulidad del proyecto, mas, cuando sabemos que estos países son constructores de proyectos económicos que han logrado sobreponerse a las economías críticas y han obtenido puntos de crecimiento que superan los estándares.
Así los avalamos, sin embargo, nos imaginamos que los proyectistas se han percatado de la necesidad de vislumbrar el futuro y han pensado en unirse a la campaña que muchos tenemos, para pedir a los venezolanos que integraron la diáspora y se empeñan desde el exterior en mantener una campaña contra Venezuela, viendo todo acto o proyecto con futuro como una forma de atornillar a Maduro o al régimen, con lo que logran es frenar la esperanza de los proyectistas, que no son ni del gobierno ni de ningún partido; lo que se une a la atomización partidista y a la multiplicación de líderes y candidatos, con lo que han logrado es hacer más fuerte al casi inexistente PSUV, que con la atomización opositora se ubica como el mayor de todas las minorías.
Es un mensaje para los coterráneos en el exilio, quienes integran en gran forma la multiplicidad de grupos WhatsApp, quienes se unen a muchos chavistas que comprenden su equívoco y mantienen una “guerra contra el régimen”, lo que es tomado por muchos países para compararnos con centros de batalla. Esto obliga a la reflexión de muchos, que llamaron a la abstención y son los culpables del régimen que tenemos; es decir, siguen creyendo que la guerra es la solución y ya llevamos unos cuantos años sin que se convenzan de que no lograremos el cambio haciendo o promoviendo la guerra. ¿Recuerdan el TIAR y los marines?; cuando decimos “fuego desde el exilio”, hacemos un símil en la guerra política y el apoyo de fuego en lo militar, considerando al territorio venezolano como la base de retaguardia, que obviamente se confunde con el frente, por lo que los fuegos de largo alcance sobrepasan todo el teatro de la guerra, y como en la guerra moderna, se confunden las factores del teatro de operaciones. Todo va a la inercia, lo que genera una gran confusión que beneficia al enemigo. ¿Pero quién es y donde está el enemigo?
Repetimos lo que decimos en nuestro tratado “Nomenclatura de Guerra”: “Toda guerra conlleva siempre lágrimas, sufrimientos, muerte, pérdidas, sangre y heridas. La guerra es implacable con todos, con los ancianos y los jóvenes, con los cobardes y los valientes. No todos han salido con vida en medio de la metralla, de las explosiones de bombas, minas, proyectiles y sepultado por los escombros de los edificios. No hay dudas de que todo conflicto bélico es una caja de Pandora, donde se pueden encontrar muchas sorpresas. Con victoria o con derrota todos pierden. Se logrará la paz después de la guerra, pero quedarán las grietas y las heridas a que conducen todos los conflictos bélicos”.
Nos preguntamos, ¿qué esperan lograr los tiradores externos con su fuego?, sabemos que no habrá intervención externa, y tampoco una intervención interna. Pensamos entonces, que hay que agotar la política del diálogo y la negociación, con la condición de que no habrá indulgencia ni impunidad con los detractores del país y de nuestra economía; “mutatis mutandi”, como decía el historiador griego Tucídides, que los tres factores sociológicos más competentes entre los que determinan la clase de política que sigue el hombre son: el temor, el honor y el interés; por estos tres factores el hombre busca la seguridad, la gloria y las riquezas, y el instrumento con que se logran estos tres objetivos básicos es el poder. Tenemos claridad, que en Venezuela esos tres factores llevan al diálogo, en el entendido que ambas partes tienen interés en salvar el honor por el temor a la guerra, que como dice la parábola, ¡con victoria o con derrota, todos pierden!
Como dijimos antes, “…la intelectualidad venezolana, que marcó y marca pautas en el mundo por su intelecto y preparación científica y académica;…se dedicaron a conformar la nueva política venezolana, que no puede ser excluyente, aparte de los detractores conocidos, muchos de ellos en el régimen, no olvidemos que el chavismo surgió del voto, de un pueblo tal vez engañado, pero ese mismo pueblo es el que más de un 80% quiere enmendar el error y no volvería a votar por los detractores. Al final, todos estaremos dispuestos a promover el cambio político venezolano; ese cambio que ya se avizora en el ambiente y deseamos todos para bien de los que estamos aquí y de los que deseen volver a la patria.
¡No hay dudas, todos los venezolanos queremos un cambio de regentes del poder, por lo que es necesario ir mermando la beligerancia!
@Enriqueprietos