Etiopía ha extraditado a Países Bajos a un eritreo de 38 años sospechoso de haber desempeñado “un papel destacado” en el tráfico de personas a gran escala desde África, en un viaje en el que las víctimas fueron agredidas, torturadas y violadas en el camino a través de Libia.
Según anunció este miércoles la Fiscalía neerlandesa, el sospechoso habría tenido un “papel principal” dentro de una red criminal involucrada en el tráfico de inmigrantes procedentes de países africanos hacia Europa y se cree que introdujo a ciudadanos eritreos “a gran escala” entre 2014 y 2020 “en circunstancias que pusieron en peligro su vida”.
“En el camino, las víctimas fueron golpeadas, torturadas y violadas en Libia, y permanecían recluidas en campamentos con cientos de personas más. Varios inmigrantes habrían muerto en estas circunstancias. Mientras tanto, la familia en Países Bajos era extorsionada y tenía que pagar grandes sumas de dinero antes de que se permitiera viajar al familiar retenido”, añade.
La travesía hacia Europa se efectuaba entonces en barcos que viajaban hacinados y en condiciones que no eran muy seguras para navegar, lo que supuso que “numerosos inmigrantes no sobrevivieran a este viaje por mar”.
El sospechoso extraditado fue arrestado en Etiopía en 2020 y juzgado por un tribunal en Adís Abeba, que le condenó el año pasado a 18 años de prisión por tráfico de personas por el continente africano. Se sospecha que colaboraba con otros traficantes de personas, incluido Kidane Zekarias Habtemariam, quien se encuentra en busca y captura por Países Bajos.
“Además de las atrocidades que rodean el tráfico de personas, el hombre que ahora ha sido extraditado también será juzgado por extorsión. Su organización criminal ganó así grandes sumas de dinero”, señala la Fiscalía neerlandesa.
El sospechoso, cuya identidad no ha sido divulgada, llegó este miércoles al Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam y pasará a disposición judicial mañana jueves.
La investigación internacional la están llevando a cabo las autoridades neerlandesas, junto con Italia, Europol, Interpol y la Corte Penal Internacional (CPI), entre otros.
EFE