Más de 400 pacientes oncológicos de Nueva Esparta ven apagarse sus vidas poco a poco, ya que los equipos de radioterapia de la Unidad de Oncología Modesto Rivero González, se encuentran dañados desde hace alrededor de seis años y no tienen esperanzas de que sean reparados.
Por Dexcy Guédez
Algunos de los pacientes que han logrado sobrevivir a la indiferencia gubernamental, salieron a la plaza central de esa unidad para elevar sus clamores ante las autoridades de los entes gubernamentales a quienes compete la situación.
Evelio Hurtado, paciente oncológico, expresó temor porque no vislumbra que los equipos dañados puedan ser reparados.
Aseguró que además de los equipos de radioterapia, tampoco están funcionando el tomógrafo ni el equipo para resonancias magnéticas.
“Muchos pacientes terminamos terapia, y para hacer radioterapia debemos ir a otros estados, porque si no se hace, se pierde todo el tratamiento, el esfuerzo de la quimio”, acotó.
Lamentó que quienes no tienen recursos para ir a Maracay, Caracas o Cumaná, sufren complicaciones y sus esperanzas de vida se acortan. “Allá se hacen colas y muchos se han muerto, porque no pueden ir por la situación del país”, adicionó.
La paciente Johana Mejías denunció que la situación con la entrega de medicamentos de altos costos para los tratamientos es irregular. “La última vez que retiré los medicamentos, me dijeron que debía esperar tres meses y que hiciera la solicitud, porque están llegando personalizados para dos o una quimio”, señaló.
“Es importante que las máquinas funcionen. Tenemos que viajar fuera para obtener el tratamiento y muchos hemos fallado por no tener los recursos para solventar. Es importante que nos escuchen y apoyen”, clamó Mejias.
Alertó que las consecuencias son nefastas si no cumplen con el tratamiento, puesto que les da metástasis y no duran ni un año. “Si tenemos quimio y radio, hay posibilidad de vida”, manifestó.
Los pacientes aseguran que la empresa Meditron era la encargada del mantenimiento y reparación de los equipos de radioterapia, pero por deudas del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales no han querido asumir el arreglo de esas máquinas indispensables para sus tratamientos.
