En noviembre de 2009, según publicó el Internacional Journal of Clinical Medicine, una mujer acudió a la guardia de un hospital de Texas con su esposo, de 61 años, completamente borracho. Los médicos le midieron una tasa de alcohol altísima. Esa noche, el hombre fue tratado por una grave intoxicación alcohólica.
Por: Clarín
Sin embargo, cuando se despertó al otro día, el hombre dijo que no probó nada de alcohol. El cuerpo médico supuso que el paciente negaba su adicción y sus problemas con la bebida.
Tiempo después, el caso fue abordado por Barbara Cordell, decana de Enfermería en Panola College, en Texas. La especialista propuso un experimento: se encerró en el hospital con el paciente durante 24 horas, y nadie podía entrar ni salir.
Le dieron comidas saludables y le controlaron el alcohol cada dos horas. Los niveles seguían siendo muy altos. Allí le detectaron su enfermedad: debido a un exceso de levadura de cerveza en su intestino, padecía de ” Saccharomyces cerevisiae”, o “síndrome de auto-cervecería”, como informó en el International Journal of Clinical Medicine.
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