La fotoperiodista venezolana Fabiola Ferrero expone en París hasta el próximo 22 de noviembre su reportaje sobre la desaparición de las clases medias en Venezuela, que recibió en septiembre el Premio Carmignac en el prestigioso festival Visa pour l’Image.
“Venezuela, the wells run dry” (Venezuela, los pozos se secan) explora a través de unas sesenta imágenes de la fotoperiodista, pero también imágenes de archivo de las familias a las que entrevistó, los restos de la prosperidad de los años del petróleo de los 70 y los 80, de los que ella oyó hablar pero solo vio retales.
Será la primera vez que su trabajo, realizado a lo largo de varios meses con cinco periodistas que colaboraban en la escritura de reportajes, sea visto en su totalidad, pues hasta ahora solo se habían filtrado algunas imágenes.
“Espero que el extranjero tenga más contexto del país tras ver estas fotos. Ser venezolana y tener los privilegios que me dio este premio es una responsabilidad. La prensa local no tiene estos medios y la internacional ha perdido el interés en los últimos años”, comenta a EFE Ferrero, nacida en Caracas en 1991.
La muestra, que acoge el Réfectoire des Cordeliers, en el Barrio Latino de París, funciona como un viaje en el tiempo: puedes entrar en ella por un túnel que refleja la actualidad, o por un paseo por las imágenes del pasado, con urbanizaciones, piscinas y una sensación de prosperidad que ha quedado, literalmente, en ruinas.
“En cuanto a los venezolanos que vean la exposición, espero que sientan que le hago justicia a la gravedad de la crisis sin caer en el victimismo. La gente que he retratado son una forma de resistencia ante toda la destrucción que tienen alrededor”, defiende.
Los retratos de Ferrero muestran universidades derruidas, tomadas por bandas armadas, pescadores que trabajan en zonas contaminadas, restos de las urbanizaciones petroleras hoy semiabandonadas, pero también otras industrias locales destrozadas por las crisis.
Ferrero marca el punto de inflexión en el despido de unos 18.000 trabajadores de PDVSA expulsados por orden presidencial de Hugo Chávez tras el paro general de finales de 2002, con las listas de buena parte de los afectados ocupando uno de los muros de la exposición.
“Para mí es un punto importantísimo para entender la debacle que vino después. No hay que simplificar, pero es evidente que si despides a 18.000 personas en la empresa más importante del país vas a tardar muchos años en recuperarte”, dice Ferrero, que recuerda que a finales de los 1990 la producción llegó a un récord de 3 millones de barriles diarios, que en 2018 bajaron a un nivel histórico de 300.000 al día.
Ferrero defiende la rigurosidad con la que ha trabajado, haciendo frente no solo a la censura, también a las propias dinámicas en la que se encuentran algunas de estas zonas, con problemas de violencia y tráfico de drogas, riesgos que pueden exacerbarse por otras amenazas al ser mujer.
Residente en Colombia desde 2020, fundadora además del programa educativo Semillero Migrante, Ferrero fue laureada con el Premio Carmignac de fotoperiodismo, al que presentó su trabajo el año pasado y que la premió con una beca de 50.000 euros para realizar un reportaje durante seis meses.
EFE