El papa Francisco abogó por la defensa de los derechos humanos y por condiciones “dignas” de trabajo a poco de llegar este jueves a Baréin, un país árabe del Golfo criticado por su política represiva.
“El respeto, la tolerancia y la libertad religiosa” deben “ponerse constantemente en práctica para que no haya discriminación y para que los derechos humanos fundamentales no sean violados, sino promovidos”, declaró Francisco ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Palacio Real de Awali (centro).
El pontífice argentino también pidió garantizar “condiciones de trabajo seguras y dignas del hombre”, a menos de tres semanas del inicio de Mundial de fútbol en el vecino emirato de Catar, blanco de denuncias por el trato dado a los trabajadores extranjeros.
El papa subrayó que el “trabajo deshumanizador” representa “un atentado contra la dignidad humana” e instó a Baréin a ser “un faro que promueva, en toda la región, derechos y condiciones justas y cada vez mejores para los trabajadores, las mujeres y los jóvenes”.
Es necesario garantizar “respeto y atención para los que sufren mayor marginación en la sociedad, como los que han emigrado y los presos”, destacó.
“El desarrollo verdadero, humano e integral se mide sobre todo por la atención hacia ellos”, insistió francisco.
Desde la revuelta de 2011, en plena Primavera Árabe, Baréin es acusado por oenegés e instituciones internacionales de llevar a cabo una represión feroz contra disidentes políticos, en particular de la comunidad chiíta, en un país gobernado por una dinastía sunita, una de las ramas del islam.
Según una fuente vaticana, el papa desea aprovechar su encuentro con el rey Hamad Bin Isa Al Jalifa para pedirle que libere a prisioneros chiitas.
A pocos días de la apertura de la COP27 en Egipto, Jorge Bergoglio se refirió igualmente a “dramática emergencia” del calentamiento global y llamó a adoptar “decisiones concretas y con amplitud de miras, (…) pensando en las generaciones jóvenes”. AFP