Convocadas por los sindicatos, miles de personas marcharon este jueves por Madrid para reclamar aumentos salariales frente a la inflación, y amenazaron con continuar las protestas si las negociaciones en curso con la patronal no llegan a buen puerto.
Los manifestantes, 25.000 según la delegación del gobierno central en la región de Madrid, habían sido convocados por Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, principales sindicatos del país.
Se concentraron en varios puntos de la capital española antes de converger en la Plaza Mayor, en el corazón de Madrid, detrás de una gran pancarta que leía: “Salario o conflicto”.
Las personas “han venido de toda España bajo un eslogan muy claro: o hay una mejora de los salarios o la conflictividad laboral en nuestro país va a aumentar de forma exponencial a lo largo del próximo año”, declaró Unai Sordo, secretario general de CCOO.
Un mensaje similar al del líder de UGT, Pepe Álvarez, que llamó a la patronal a garantizar que se mantenga el “poder adquisitivo” de los trabajadores.
Es necesario que “la riqueza (…) se reparta” y que no quede “en manos de unos pocos”, subrayó Álvarez.
Los manifestantes denunciaron la erosión de su poder adquisitivo, en un contexto en el que la inflación se situó en octubre en 7,3%. Un nivel por debajo del máximo de julio (10,8%), pero aún muy alto, impulsado por el aumento de los precios de la energía y los alimentos.
“Los sueldos siguen siendo superbajos y la subida” de los precios de los productos “de primera necesidad” o de “la luz” nos “afecta, y mucho”, dijo a AFPTV María Luisa Ortega, empleada del sector servicios.
Para esta mujer de 57 años, “los sueldos deberían equipararse a lo que es la inflación”.
Esta manifestación se produjo cuando el gobierno español está negociando con sindicatos de trabajadores y organizaciones empresariales un nuevo aumento del salario mínimo, actualmente de 1.000 euros (976 dólares) brutos mensuales sobre 14 meses.
El partido de izquierda radical Podemos, socio minoritario del Partido Socialista del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, impulsa una fuerte revalorización del salario mínimo, del orden del 10%, para hacer frente a la inflación.
Un alza a la que se opone la patronal, a la que preocupa que las empresas, particularmente las más pequeñas, sean incapaces de asumir ese aumento.
El gobierno de Sánchez se comprometió a elevar el salario mínimo al 60% del salario medio para el final de la legislatura, en diciembre de 2023, para llevar el salario mínimo de España al nivel de sus vecinos europeos.
AFP