La Policía Nacional de España ha detenido en Madrid a un hombre de 43 años y nacionalidad española acusado de abusar de nueve mujeres y de violar a otra en citas a oscuras y a las que había conocido mediante la aplicación de citas Tinder. El arrestado utilizaba perfiles con fotos falsas y les proponía encuentros en lugares totalmente oscuros para “mantener un contacto sensorial donde incrementar los sentidos y dejarse llevar”.
Por: El Mundo
En realidad, lo que le pasaba es que tenía una enfermedad crónica en la piel que le afectaba a la cara y no quería que le vieran el rostro y además así no podía ser identificado por las víctimas. Eso dificultó su arresto, aunque las pesquisas de los investigadores de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) lograron identificar al presunto autor de estas agresiones y su detención. Al hombre se le incautaron varios móviles donde los agentes encontraron más de 400 contactos registrados. A varias de ellas también las estafó y robó. Este hombre no tiene oficio conocido y ya fue detenido por otro abuso sexual en 2018. Ha sido puesto en libertad por el juzgado de instrucción número 35 de Madrid.
El hombre establecía una relación de confianza con sus víctimas a través de Tinder para después concertar una cita en la que marcaba unas determinadas condiciones. Según las víctimas, era muy insistente y en sus fotos de perfil salía muy atractivo. En las apps utilizaba fotos de otros hombres que había sacado de otras redes sociales. El contacto debía ser en un sitio de confianza, con todo completamente a oscuras, algo que las mujeres pensaban que se trataba de un juego. Solía quedar siempre en hoteles o en el domicilio de las mujeres, nunca en su casa o en el municipio donde vivía. Una vez se realizaba la cita abusaba sexualmente de sus víctimas, llegando a agredirlas en alguna ocasión.
La investigación se inició el pasado mes de febrero. Una mujer denunció que un hombre habló con ella a través de una conocida red de contactos y tras entablar conversación le ofreció concertar una cita imponiendo unas reglas muy estrictas. Una vez en el domicilio, y ocultando en todo momento su rostro, le agredió sexualmente en dos ocasiones. En el marco de la investigación, los agentes pusieron especial atención en las condiciones que imponía a la hora de quedar con la víctima. Estas condiciones se basaban en mantener un contacto en un sitio de confianza totalmente a oscuras, para según manifestaba “mantener un contacto sensorial, donde incrementar los sentidos y dejarse llevar” y finalmente verse las caras, hecho que nunca ocurría”.
Los agentes sopesaron que podría no tratarse de un hecho aislado, por lo que tras una minuciosa investigación consiguieron localizar a otras dos víctimas, las cuales no habían denunciado los hechos. En estos casos, el arrestado mantenía las mismas exigencias y les comunicaba frases idénticas para ganarse su confianza. Posteriormente, bloqueaba sus números de teléfono para que no pudieran contactar con él ni localizarle.
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