El gran problema de la colonización del sistema solar no son ni las naves espaciales ni los motores de fusión. Tampoco la radiación ni la arquitectura de las ciudades en planetas y asteroides. O la producción de oxígeno y combustible. Todos esos problemas técnicos tienen una solución clara que sólo necesita más tiempo y dinero para realizarse. El verdadero reto de nuestra expansión interplanetaria es la biología. Sin reproducción humana en el espacio no habrá colonización posible. No habrá desarrollo social, económico y cultural.
Por El Confidencial
China dará un gran paso para encontrar una solución: la Estación Espacial China Tiangong, será el escenario del primer estudio de reproducción sexual realizado en el espacio con los mamíferos más similares a los humanos: los monos. El objetivo de este experimento es entender mejor cómo afectan la radiación del espacio y la microgravedad a los organismos, algo clave para proteger la salud de los futuros colonos de la Luna y Marte.
El estudio se llevará a cabo en el módulo Wentian, el más grande de la estructura y donde habitualmente se ejecutan los experimentos biológicos. Aún así habrá que hacer sitio. En declaraciones recogidas por el South China Morning Post, el profesor Zhang Lu, investigador de la Academia China de Ciencias en Pekín y líder del proyecto, asegura que hay que ampliar y reconfigurar los dos armarios destinados a las pruebas biológicas y que ahora mismo llenan sus baldas con algas, peces o caracoles.
Después de estudiar criaturas más pequeñas, “se llevarán a cabo algunos estudios con ratones y macacos para ver cómo crecen o incluso se reproducen en el espacio”, explicó Zhang en la presentación del proyecto. “Estos experimentos ayudarán a mejorar nuestra comprensión de la adaptación de un organismo a la microgravedad y a otros entornos espaciales”.
Los primeros en tener sexo, si quieren o pueden
Si los macacos consiguen tener relaciones sexuales en el espacio serán los primeros animales de gran tamaño en conseguirlo. Y es que, según la experiencia de los científicos y algunos astronautas, aparearse en el espacio no es una tarea sencilla.
Así lo afirma Adam Watkins, profesor asociado de fisiología de la reproducción y el desarrollo en la Universidad de Nottingham (Reino Unido), que en 2020 envió una carta a la revista Physiology News hablando sobre el tema. “En primer lugar, el mero hecho de mantenerse en contacto estrecho bajo gravedad cero es difícil”, dijo Watkins. “En segundo lugar, como los astronautas experimentan una presión arterial más baja mientras están en el espacio, mantener las erecciones y la excitación es más problemático que aquí en la Tierra”.
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