Desde que el pasado 4 de junio la agencia de comunicación de Shakira emitiese un escrito anunciando la ruptura entre la cantante y Gerard Piqué tras doce años de relación, las incógnitas se centraron en el futuro de sus dos hijos: Milan, de nueve años, y Sasha, de siete.
Por abc.es
Han pasado cinco meses desde entonces y han sido varias las ocasiones en las que la expareja se ha reunido para intentar llegar a un acuerdo sobre la custodia de sus hijos, todas ellas sin éxito. Hasta ahora.
Ayer por la tarde, los abogados de la expareja –Pilar Mañé, representante de la cantante y Ramón Tamborero, letrado de Gerard Piqué- se reunieron en la vivienda que ambos compartían en Barcelona con el objetivo de llegar a un acuerdo satisfactorio para las dos partes. Una negociación en la que en un principio se dijo que el ya exjugador de Fútbol Club Barcelona no estuvo presente, pero sin embargo se ha confirmado que entró más tarde por una de las puertas laterales del domicilio situado en Esplugues.
En la puerta del que fuera el hogar familiar de la expareja, los letrados dedicaron unos momentos a los reporteros afincados en la entrada. El representante legal de Gerard Piqué confirmó su intención de llegar a un acuerdo, afirmando que había «mucha voluntad, si no no estaríamos aquí». Además, manifestó que el futbolista quiere seguir siendo «un padre presente». Por su parte, la abogada de Shakira se limitó a decir que su representada era «una gran mujer y supongo que (está) muy bien».
Más de doce horas se alargó la negociación de la que fuera una de las parejas más admiradas del panorama tanto nacional como internacional. Finalmente, llegaron a un acuerdo en el que el catalán cedió frente a la madre de sus hijos con el fin de que los pequeños no viviesen una separación de sus padres aún más traumática. Así, se decidió que Milan y Sasha se fueran con la cantante a vivir a Miami. Como medida de gracia, los pequeños disfrutarán este año de sus últimas Navidades en Barcelona. A partir de 2023, el futbolista deberá viajar hasta allí para poder ver a sus vástagos. A cambio, podrá visitarles siempre que quiera y los gastos se pagarán a medias.