Christopher Jenkins, un joven presunto pandillero de 28 años, murió días después de recibir dos disparos en la cabeza en su hogar en Brooklyn, anunciaron las autoridades ayer.
Por El Diario NY
Antes de morir, Jenkins acusó a su madre del crimen. “Mi madre me disparó”, dijo, según documentos judiciales. “Estoy muriendo”. Después de que resultó gravemente herido la noche del 12 de octubre en su hogar, las imágenes de la cámara corporal de la policía que llegó a la escena capturaron sus palabras, recalcó Pix11.
Ese día fue trasladado de urgencia al Kings County Hospital Center y puesto en soporte vital, según la denuncia penal. Jenkins sucumbió a sus heridas el 24 de octubre, dijo la policía ayer. Su muerte fue considerada un homicidio.
El 13 de octubre la policía arrestó a su joven madre, Vanessa Jenkins, de 44 años, por cargos de intento de asesinato, uso y posesión criminal de un arma de fuego. Tanto la víctima como la sospechosa vivían en la misma casa en 1770 Pacific Street, vecindario Bedford Stuyvesant, detalló NY1 Noticias.
Las autoridades aún no han dicho si se actualizarán los cargos contra la madre tras la muerte de su hijo. Ella ha alegado defensa propia, diciendo que su hijo, un presunto miembro de la pandilla Crips, supuestamente la estranguló antes de que ella le disparara, dijeron fuentes policiales al New York Post.
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