Los pobladores de la zona del Delta Medio, en el estado Delta Amacuro, están preocupados por la nueva crecida del río Orinoco.
Cada año, entre mayo y septiembre, se preparan para recibir “la creciente”, que coincide con la temporada de lluvias en Venezuela. El caudal del río este año no registró un nivel devastador, pero la preocupación está en torno a un nuevo incremento en el nivel del agua.
A propósito de este tema, Lizeta Hernández, gobernadora del estado Delta Amacuro, informó que al menos 26 comunidades de los municipios Casacoima y Antonio Díaz resultaron afectadas por la inundación del 2022. Los damnificados por el fenómeno natural fueron trasladados a refugios habilitados, donde se les suministró alimentos y medicinas, mientras sus caseríos permanecían bajo el agua.
La funcionaria añadió que ahora estudian la factibilidad de proyectos para la construcción de viviendas adaptadas a las inundaciones. Indicó que mientras se gestionan sus nuevos hogares, han garantizado atenciones integrales.
“Quisiéramos poder hacer más, pero los recursos son finitos, están bloqueados y quienes promueven ese bloqueo no se preocupan por las familias que sufren”, cuestionó la mandataria política de Delta Amacuro.
Nueva crecida
“Antes solo teníamos una creciente, esa ya la tuvimos este año. El agua bajó un poco, creímos que seguiría bajando, pero ahora vemos que está volviendo a subir”, dijo José Milano, un habitante de la localidad El Consejo, en el Delta Medio, la zona del Delta donde el río Orinoco se desborda durante la temporada de lluvias.
Por su parte, el abuelo José García, un indígena warao de Araguaimujo, se refirió a este fenómeno como “algo nuevo”. Lamentó que el cambio climático sea una realidad que afecta sobre todo a las localidades más recónditas del planeta.
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