Al filo de la muerte trabajan en la CVG: Al menos 85 empleados han fallecido este año

 

Julio nunca imaginó que la última vez que compartiría con su papá sería el 12 de noviembre. Han pasado más de 3 días y el recuerdo de cómo transcurrió ese sábado está intacto.





Por Pableysa Ostos/Corresponsalía lapatilla.com

“En la mañana, asistí a mis clases de cocina hasta la tarde y llegué en la noche a la casa. Mi padre pasó todo el día en casa junto a mi mamá y mi abuela. Recuerdo que cenamos juntos. Antes de irse a trabajar en su guardia desde las 11:00 de la noche hasta las 7:00 de la mañana del domingo 13 de noviembre, juntos como familia oramos y compartimos una Palabra que Dios le dio a mi padre. Luego de eso, él se alistó y se fue a trabajar. Eso fue lo último que conversamos”, relató Julio, quien es uno de los cuatro hijos que tuvo Julio César Barroso García de 57 años.

Horas más tarde, ocurrió lo inesperado: un supervisor de Ferrominera llamó a la hija de Julio César Barroso para decirle que su papá había muerto. A ella le tocó el doloroso trance de decirle a su madre y a sus hermanos sobre el fatídico hecho.

Barroso García trabajó por 34 años en el taller de vagones de la Gerencia de Ferrocarril de Ferrominera Orinoco, en Puerto Ordaz, estado Bolívar, al sur de Venezuela.

 

Julio César Barroso García y su esposa

 

“Aproximadamente a las 2:30 de la mañana del domingo tuvo un accidente fatal a causa de las condiciones precarias en las que se encuentra la empresa. Sin dotación, personal que no está capacitados para tener cargos superiores, trabajando bajo presión y sin la supervisión adecuada”, detalló el hijo de Julio César.

El joven sumó que a su papá “lo mandaron a desacoplar unos vagones, una labor que, de acuerdo a la descripción del cargo, no le correspondía”.

Relató el joven que su padre fue enviado junto con Manrique y otro compañero (el operador de la locomotora) a realizar esa maniobra de una manera que no era la adecuada, pero que por obligación y presión debían cumplir, ya que si se negaban, por orden de sus superiores, los enviarían a sus casas sin pago y sin beneficios.

“Esto último me lo dijeron unas personas (que temen revelar su identidad) que estaban ahí, pues no nos han dicho la verdad de lo sucedido”.

 

Julio César Barroso García compartiendo con su familia

 

Sin respuestas

La familia de Julio César tiene sentimientos encontrados: el dolor por la pérdida de su pariente, pero también el deseo de que se haga justicia. Una justicia que, por ahora, pareciera ser esquiva.

“Los representantes de la empresa no nos han dicho nada ni tomado ninguna medida a favor de nosotros, que somos sus familiares. Los supervisores y el presidente de la empresa no se han acercado a nosotros. Ni al velorio asistieron, no han dado la cara, cosa que nos tiene molestos, ya que la culpa es de ellos por su falta de capacidad para desempeñar esos cargos y que las consecuencias las pagan los obreros”, detalló el hijo de Julio César.

“Estando en el velorio, a mis hermanas se le acercó una persona que pertenece a la gerencia de la empresa, manifestando que el presidente y sus títeres estaban ‘reunidos’ para buscar solución a lo sucedido. El acuerdo al que llegaron fue ofrecernos un puesto en la empresa para sustituir a mi padre, lo que nos pareció una falta de ética y de humanidad, porque él lo manifestó como que si esa era la solución que estaban ofreciendo. Así pretenden callarnos”.

Piden justicia

Los hijos de Barroso lo describieron como un hombre trabajador, dedicado a la empresa. Siempre estaba pendiente de toda su familia, fue un hombre servicial. “Era hijo único. Excelente esposo, padre, hijo, amigo, compañero de trabajo, siempre dispuesto a ayudar. Fiel en los caminos del Señor, compartía la Palabra en la empresa con sus compañeros de trabajo”.

“No tenía vicios. Fue un gran consejero para muchas personas. Como hijo único, siempre estaba dedicado a su mamá, que nunca le faltara nada a ella, a su esposa e hijos. Apoyaba sin esperar nada a cambio. De verdad todo lo que hizo se ve reflejado en el apoyo que nos están brindando muchísimas personas”, describieron los parientes de Barroso.

Pero ahora alzan su voz en medio del dolor para exigir justicia. Quieren que les digan la verdad de lo sucedido y que se hagan cargo de las consecuencias. “Ya que no están ocultando muchas cosas, queremos que le paguen todo lo que corresponde por sus 34 años de servicio en esa empresa. No por nosotros, sus hijos, sino por mi abuela que tiene un ACV y está en silla de ruedas. Y por mi mamá, que durante todo ese tiempo siempre estuvo con él”.

“También queremos que paguen los culpables de lo ocurrido y que la gente vea las condiciones en las que los obreros trabajan, exponiendo su vida para que se lucren los altos mandos de la empresa y su tren gerencial, sin importar la vida de los trabajadores”, exigieron los cuatro hijos de Barroso.

Trabajadores se unen para denunciar

 

 

Este 14 de noviembre acudieron a la sede de la Fiscalía Superior, un grupo de empleados de Ferrominera Orinoco y otras industrias de Guayana, con la intención de presentar un documento en el que exigen investigar la muerte de Julio César Barroso García.

“Ferrominera ha desincorporado a trabajadores de algunas áreas, llevándolos a otras y eso es un riesgo. Sobre mi compañero fallecido puedo decir que él pertenecía a la zona de vagones. Hace falta mantenimiento de las áreas y dispositivos mecánicos que permitan desacoplar ese equipo que estaba reparando ese trabajador en el momento del accidente”, dijo Ranfis Martínez, compañero y amigo Julio César.

Reiteraron lo mismo que denunciaron los familiares de Barroso: los trabajadores están laborando sin herramientas ni equipos adecuados, lo cual evidentemente pone en riesgo sus vidas.

Según estadísticas que maneja el delegado de prevención de Venalum, José Amézquita, en lo que va de 2022, unos 85 trabajadores han perdido la vida en accidentes laborales en esa compañía estatal, lo cual evidencia que de esta grave situación no se escapa ninguna de las empresas básicas que hacen vida en Ciudad Guayana.

Los trabajadores denunciaron la mañana de este 15 de noviembre que hubo otro accidente laboral, registrado en la mina San Isidro de Ferrominera. La víctima fue identificada como Aquiles Mosiso, operador de jumbo en la empresa CREG, la cual es una contratista china. Se desconoce el estado de salud de Aquiles y los detalles del incidente.

“En los escritos que hemos introducido en los distintos organismos, advertimos que no hay que esperar a que ocurra un accidente fatal y eso fue lo que ocurrió ayer. Y no ha habido más fallecidos en las plantas por la misericordia de Dios, porque las condiciones están dadas para que sigan ocurriendo accidentes fatales”, sumaron los dirigentes laborales.

Los sindicalistas agregaron: “No había alumbrado que sirviera para que pudiesen ver que el trabajador fue golpeado por el vagón al momento que se desacopló. Creemos que por el impacto, se cayó y el sistema del primer rodaje del vagón 18-78 le pasó por encima. El segundo vagón es cuando queda totalmente debajo. Nuestros compañeros están muriendo de mengua, porque no tienen implementos de seguridad, no tienen transporte, no tienen las condiciones para laborar. Un trabajo que lo hacían cinco personas, ahora lo hacen dos y tres personas, porque tienen muchos trabajadores fuera de planta”.