El globo anda hecho una mezcla fermentada de vinagre, recargada de abundante grasa, exceso de sal y picante. Está desequilibrado, inestable y nadie parece saber por qué. A donde se mire, está vacilante y descentrado. A primera vista puede no ser obvio, pero lo ha sido desde tiempo y no es sencillo.
En USA, los demócratas mantienen el Senado con mínima diferencia, sin embargo, pierden ante los republicanos, la Cámara de Representantes y despiden a la californiana prepotente, soberbia, especialista en cirugía estética. En China se consolida la autocracia, y el absolutismo destroza tradiciones. La tiranía tiene la vista puesta en Taiwán, y expulsa a la fuerza, sin respeto ni cortesía, al anciano predecesor. Dos países amigos en Asia, Japón y Sur Corea se preparan militarmente, por si acaso, se le ocurre al demente norcoreano, insistir en probar misiles demostrando que, a pesar de ser, pequeña y pobre posee fuerza militar.
Rusia se enreda pendejo en la estulta obsesiva de su frenético y delirante dictador, en una invasión que aún ganándola la perderá política, nacional e internacionalmente. Bielorrusia, ostentando al mundo su tiranía, se exhibe regalada y placentera en el brazo criminal ruso; e Irán, enmarañado en convicciones religiosas y evidencias terroristas, resiste protestas ciudadanas.
África, inquieta, atormentada, desesperada por el hambre y estúpidas peleas tribales, apenas sobrevive. Europa, utiliza montones de dinero en rearmarse, comprar e instalar gas con urgencia. Tropiezan los recién llegados, el Rey de vaina y el primer ministro por descarte, heredero de logros indios en el Reino Unido.
México, se empeña testarudo en dejar de ser confiable para Washington, pero al mismo tiempo, dispuesto a ser retén de migrantes venezolanos a cambio de unos pocos permisos de trabajo para los mexicanos. Suramérica se debate entre la izquierda populista y castrista que promete, pero enfrenta protestas de calle y la derecha bajo juicio, con sus errores elementales al hombro. Argentina hecha un pastel sin azúcar, que no levó. Brasil en unas elecciones, que catalogan de fraudulentas, devuelven a Lula Da Silva y Odebrecht al poder, pero con oposición del Congreso. Y Venezuela con una primaria “opositora” simulada, regida por el CNE oficialista, en la cual, el candidato preferido del régimen castrista, es zuliano, y en su defecto, quien una vez simuló serlo.
El mundo actual es complicado, incluso aunque la economía de USA marche algo mejor que la europea. Los estadounidenses pagan más por productos y servicios que consumen, y eso, políticamente hablando, es un problema serio para cualquiera, en especial, si tienes facultades mentales, eres longevo y olvidadizo, perdiendo el respaldo público.
Que Putin, sea echado por sus idioteces y baja popularidad de la guerra; los ayatollahs iraníes caigan arrastrados por la ciudadanía harta; el desvarío permita el lanzamiento de un misil, y la codicia de una invasión, pueden ser complicaciones difíciles; situaciones complejas, que podrían convertirse en caos.
Los republicanos no van a perdonar, los rusos no desisten, los iraníes no conceden, y el Reino Unido, empieza a despertar del ritual hierático, espléndido y solemne del protocolo por la muerte de la reina Isabel II, para encontrarse de frente con una economía en caída libre, dudas sobre las bondades verdaderas del Brexit y un imperio en desbandada. En el Mar del Japón resuenan tambores de beligerancia y decisiones de conflagración, además de la posibilidad cierta que China, tome peligrosa providencia sobre Taiwán.
Panorama maléfico de olores infernales, tormentas crueles, despiadas que interfieren en el destino arduo y espinoso, cuando casi toda la humanidad, piensa que las cosas van mal. Y existen mequetrefes ordinarios, que con desfachatez e impudicia se exhiben en festines de libertinajes y excesos, ante un pueblo muerto de hambre, moribundo sin medicinas ni tratamiento; para que digan los petulantes vanidosos, ustedes son gentuza. El ciudadano de a pie, que trabaja duro, con honestidad para educar y llevar comida a su familia, sólo le queda como recurso la indignación.
La conclusión, es volver a la ética, recuperar la moralidad, rescatar las buenas costumbres y principios. Derechos y obligaciones están vinculados y buscan razones para emerger, mantener saberes a oscuras, no es recomendable para que un sistema proteja su lugar. Si se supiera cómo funciona, entenderían, el derecho, es un privilegio que se debe defender.
@ArmandoMartini