La ONU registró al menos 400 muertos y 14 mil arrestos en Irán desde el inicio de las protestas por la muerte de Mahsa Amini

Protesta en Teherán por la muerte de Mahsa Amini (Wana/Reuters/archivo)

 

 

 





La violenta represión contra las manifestaciones que sacuden Irán “debe cesar”, exhortó el jueves el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, en una reunión de urgencia para decidir si se abre una investigación internacional sobre los abusos de los que se acusa a Teherán.

Los 47 Estados miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la más alta instancia de la institución en materia de derechos humanos, se reúnen para abordar “el deterioro de la situación” en Irán.

“El uso innecesario y desproporcionado de la fuerza debe cesar. Los métodos antiguos y la mentalidad de fortaleza asediada de los que tienen el poder sencillamente no funcionan”, dijo Volker Türk. “Sólo empeoran la situación”, agregó.

“Los manifestantes iraníes no tienen un lugar en el Consejo de Derecho Humanos en Ginebra, no tienen voz en las Naciones Unidas”, había dicho poco antes la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock.

Desde hace dos meses, la represión de las protestas ha dejado al menos 416 muertos, 51 de ellos niños, según la oenegé Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.

Esta ola de protestas contra el gobierno –surgida tras las reivindicaciones de las mujeres después de la muerte Mahsa Amini, fallecida bajo custodia de la policía de la moral por no llevar correctamente el velo islámico– ha alcanzado una envergadura sin precedentes desde la Revolución Islámica de 1979.

Según Türk, unos 14.000 manifestantes, incluyendo niños, han sido detenidos en el contexto de las protestas, “una cifra descomunal”.

La justicia iraní ya condenó a muerte a seis personas en relación a las manifestaciones.

El Consejo tiene que decidir el jueves si nombra a un equipo de investigadores de alto nivel para analizar todas estas violaciones de los derechos humanos vinculadas a la represión de las movilizaciones.

Según el proyecto de resolución, presentado por Alemania e Islandia, esta misión de investigación internacional independiente tendrá que incluir “la dimensión de la violencia relacionada con el género”.

 

– Sin “credibilidad moral” –

 

Se trata de reunir pruebas de estos abusos y conservarlas de cara a posibles acciones futura.

Muchos diplomáticos, activistas y especialistas de Irán apoyaron esta iniciativa.

“Tenemos que hacer todo lo que podamos para sacar a la luz la verdad de lo que pasa en Irán y apoyar los llamados del pueblo iraní a la justicia y la responsabilidad”, declaró la embajadora de Estados Unidos, Michèle Taylor.

El gobierno iraní acusó, por su parte, a los países occidentales de carecer de “credibilidad moral”.

“Los derechos del pueblo iraní fueron ampliamente violados por los llamados campeones de los derechos humanos a causa de la imposición de sanciones unilaterales por parte del régimen estadounidense y de la aplicación de estas crueles sanciones por parte de los países europeos, especialmente Alemania, Reino Unido y Francia”, dijo Khadijeh Karimi, una funcionaria iraní, en la reunión en Ginebra.

“Con una larga historia de colonialismo y de violación de los derechos humanos de otras naciones, Estados Unidos y Europa no están en medida de pretender ser los defensores de derechos humanos”, había tuiteado recientemente el ministerio iraní de Relaciones Exteriores.

No es seguro que el Consejo adopte la resolución.

Recientemente ha ido creciendo la resistencia –impulsada por Rusia, China e Irán– en el seno de  la instancia contra las iniciativas de los países occidentales para condenar a Estados individuales por su represión de los derechos humanos.

El mes pasado, estos países fracasaron en su intento de incluir un debate sobre la represión de Pekín en la región de Xinjiang.

Pero Irán podría tener más dificultades para bloquear la resolución de jueves.

El Consejo ya expresó sus preocupaciones sobre la República Islámica en materia de derechos humanos cuando nombró en 2011 a un relator especial para vigilar las acciones de Teherán. Su mandato fue renovado cada año.

AFP