Como se ha acostumbrado en los últimos años, pese a la evidente crisis económica, miles de venezolanos juntaron sus ahorros con las utilidades adelantadas para aprovechar la celebración del “Black Friday”, adoptada por muchos locales que imitan la tradición estadounidense.
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Ya antes de este viernes 25 de noviembre, en horas de la noche, empezaron a verse largas colas de ansiosos clientes que deseaban ingresar de primeritos apenas los propietarios del local subieran la santamaría. Principalmente, la exacerbada agitación se observó en los principales centros comerciales del país y en populares cadenas que ofrecen gran variedad de productos.
Como era de esperarse, la prioridad de los consumidores fueron las prendas de todo tipo, particularmente el calzado, que con frecuencia se ofrecieron en las vitrinas con descuentos llamativos.
Sin embargo, la mayoría de comercios de productos electrónicos no tuvieron la misma suerte y mantuvieron más o menos el volumen regular de visitantes. Al parecer, el agresivo aumento de la tasa del dólar les impidió rebajar de forma significativa el precio de celulares, computadores y otros “gadgets” digitales.
Pese a que el “Black Friday” se ha convertido en un buen “resuelve” para muchos, también es cierto que ha producido concentraciones de exigentes compradores de tal magnitud que los trabajadores de algunas tiendas a duras penas lograron controlar.