Ocho de cada 10 latinoamericanos viven en ciudades. Por qué proteger los ecosistemas en las que están inmersas y promover soluciones basadas en la naturaleza, son el pasaporte vital hacia el cambio global del medio ambiente. Las claves de un potente encuentro donde participaron 40 localidades de toda América Latina y el Caribe.
Por infobae.com
Las ciudades necesitan cada vez más de la naturaleza porque el mundo, la casa donde vivimos, necesita de los ecosistemas verdes. Ahora, ¿qué sucede cuando ese reservorio vital está en peligro? La pregunta, si de preservar la vida se trata, quizás se quede corta. El interrogante —podríamos decir más sustentable e inteligente— es: ¿qué tan responsables somos los humanos de no coordinar buenas ideas y acciones ambientales que cuiden este hogar que tenemos para habitar?
Lo que ocurre con las Cumbres del Cambio Climático, celebradas todos los años —hace diez días terminó la COP27 en Egipto— son tal vez un correlato global de esta problemática; para muchos, un evento con buenas intenciones pero que no llega a resolver las cuestiones más llanas y concretas, para un problema que necesita, además de inversión, soluciones llanas y concretas.
Es aquí donde aparece el término Biodiverciudades. Se trata de aquellas urbes que incorporan de forma efectiva e integral la biodiversidad local y regional en su planificación y gestión urbana, como eje de su desarrollo socioeconómico.
De acuerdo al Foro Económico Mundial y al Instituto Humboldt, las BiodiverCiudades pueden restaurar el equilibrio entre la gestión urbana y la naturaleza, mediante el incremento de la infraestructura verde, la mejora de esquemas de gobernanza que promuevan soluciones basadas en la naturaleza, la generación de vínculos positivos entre lo rural y lo urbano, la priorización de modelos de economía circular y el fomento de valores de bienestar y salud en la ciudadanía.
En tiempos de cambios y nuevos paradigmas, este nuevo modelo de gestión urbana aparece como un especie de pasaporte casi vital del mundo que viene, una puerta de entrada para convertir a las ciudades en espacios que convivan de manera armónica con la naturaleza.
Esta semana se llevo a cabo en Ushuaia el encuentro de la red “BiodiverCiudades de América Latina y el Caribe”, organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) con el apoyo del Instituto Humboldt.
Del evento participaron 40 intendentes de localidades de toda América Latina y el Caribe, de las cuales 16 ya formaban parte de la Red de BiodiverCiudades y 24 se convirtieron en nuevos miembros al firmar la Declaración de Barranquilla. Con estas nuevas adhesiones, la Red suma un total de 119 ciudades a lo largo de toda la región.
En palabras de Christian Asinelli, Vicepresidente Corporativo de Programación Estratégica de CAF, las Biodeverciudades son “la manera de amigar el medio ambiente con el desarrollo urbano”.
Hacer de nuestras ciudades espacios donde utilicemos la naturaleza. “Las ciudades utilizan la naturaleza para mejorar la calidad de vida. Hay ciudades donde eso es mucho más fácil hacerlo, donde hay menos urbanización quizá o donde el espacio verde como en Ushuaia, permite generar esos espacios, pero hay otras ciudades donde es mucho más difícil. Ahí es donde el desafío más grande, donde tenemos que trabajar en soluciones basadas en la naturaleza, mitigación, bioeconomía y desde ahí desde ese concepto es donde CAF está tratando de ayudar a las ciudades a encontrar esos espacios con financiamiento, para poder hacer esos cambios y que la naturaleza esté presente a la hora de generar planeamiento urbano”, agregó Asinelli.
¿De qué se trata la Red de BiodiverCiudades?
En la actualidad, 8 de cada 10 latinoamericanos viven en ciudades y que, sin embargo, el excesivo crecimiento y la desordenada expansión urbana impacta negativamente en la relación con el medio ambiente. “Las ciudades son el corazón de la economía global, pero también se han convertido en una de las principales causas del cambio climático poniendo en riesgo la forma de vida de millones de personas y ha provocado un fuerte descenso de la biodiversidad”, diagnosticaron desde el foro de ciudades regional, nacido el año pasado en Barranquilla, Colombia
El objetivo de BiodiverCiudades es apoyar la conformación de una red de gobiernos municipales que impulse la implementación de un nuevo modelo de gestión urbana en las ciudades de toda la región, en armonía con la naturaleza y basado en una política local inclusiva, productiva y sostenible.
“El trabajo en red es muy importante porque se comparten retos muy parecidos a pesar de que las urbes son muy diferentes entre sí. Una red aporta intercambio de experiencias, conocimiento, la posibilidad de establecer soluciones similares e integrales a problemas equivalentes”, expresó a Infobae Alicia Montalvo, Gerenta de Acción Climática y Biodiversidad Positiva de CAF.
“La red no es sólo un grupo de trabajo, sino que fomenta el flujo de información entre ciudades, enriqueciendo a los gobiernos locales”, agregó Montalvo, quien es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, España, y Magíster en Administración Pública por la Universidad de Harvard.
Desde 2021, el Instituto de Investigación de Biodiversidad de Colombia Alexander von Humboldt es el principal socio de conocimiento de la estrategia de BiodiverCiudades, tanto a nivel nacional como internacional y ha propuesto cinco compromisos necesarios para lograr distinto objetivos.
Cuáles son los compromisos de las BiodiverCiudades
Por un lado, sanar el vínculo urbano-rural. Las BiodiverCiudades trabajan por una relación recíproca con su contexto regional, protegen los ecosistemas en los que están inmersas y promueven la rehabilitación y regeneración de la biodiversidad a escala regional.
A su vez, reincorporar la biodiversidad a la matriz urbana. Las BiodiverCiudades reconocen los beneficios integrales que la biodiversidad trae al entorno construido, desde la resiliencia climática hasta la salud humana y la prosperidad. Especial énfasis se hace en la necesidad de una distribución más equitativa de la naturaleza urbana.
Por otro lado, desarrollar la competitividad de base biológica. Las BiodiverCiudades generan emprendimientos, negocios y tecnologías inspirados en la biodiversidad. Se espera el compromiso de las ciudades con la bioeconomía, la biomimética y la circularidad.
Promover a su vez mejores arreglos de gobernanza. Las BiodiverCiudades promueven la gobernanza policéntrica. Se espera que las alianzas con la sociedad civil y el sector privado impulsen no sólo la conservación de la biodiversidad, sino que también mejoren la igualdad social y los estándares de vida.
Y por último, liderar el cambio hacia un nuevo sistema de valores. Las BiodiverCiudades promueven un sentido renovado de ciudadanía y cultivan una mentalidad en la que las ciudades son hogares para todas las especies, no solo para los humanos.
Estos principios se traducen en acción a través de tres medios habilitantes: planificación para la integración ecológica; financiación para la naturaleza urbana; y monitoreo y evaluación del estado de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos.
¿Cómo surgió la iniciativa?
En diciembre de 2021, CAF y la Alcaldía de Barranquilla alojaron en Colombia el Foro de BiodiverCiudades de América Latina y el Caribe, encuentro que reunió a autoridades locales de distintos países de la región y a líderes de diferentes ámbitos.
A partir de esta primera experiencia, en marzo de 2022, CAF formalizó una alianza con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, reconociendo su rol como principal socio de conocimiento de las BiodiverCiudades y aliado natural de cara a la conceptualización y puesta en marcha de la red.
En el marco de dicha colaboración, y como parte de una primera fase de sensibilización, CAF se propuso realizar un ciclo de Encuentros Nacionales y Regionales de BiodiverCiudades que sirvieran de espacio para el intercambio de experiencias, buenas prácticas y desafíos entre ciudades de toda la región. Hasta el momento la serie ha recorrido Argentina, Ecuador, República Dominicana, Brasil y Paraguay, convocando a más de 90 autoridades locales de toda la región, así como a diferentes representantes de los sectores público y privado, de la sociedad civil y de la academia.
¿En qué consistió el evento?
El encuentro del que participó Infobae tuvo como objetivos principales consolidar el posicionamiento del concepto de BiodiverCiudades a nivel regional, contribuir a articular la red de ciudades comprometidas con una gestión urbana sostenible y explorar opciones de apoyo e instrumentos de colaboración que, tanto en materia de generación de conocimiento, fortalecimiento de capacidades y financiamiento, faciliten la transición hacia un modelo de desarrollo territorial en armonía con la biodiversidad local.
El presidente ejecutivo del CAF, Sergio Díaz Granados, encargado de abrir la jornada, remarcó que la iniciativa está a punto de cumplir un año y surgió en Colombia poco después de asumir su gestión en la entidad.
“Hemos construido esta red pacientemente y con un propósito: pensamos que nos va a permitir alcanzar más rápidamente los resultados que buscamos. Como planeta estamos pagando los excesos de los últimos 70 años y hoy no hay ciudad de América Latina que no haya sufrido recientemente por sequía o por inundaciones”, observó el titular del CAF en el Horel Arakur, donde se llevó a cabo la jornada.
“Nos reunimos al poco tiempo de asumir en el directorio del CAF para ver cómo la entidad asumía una participación más preponderante en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible al 2030, un rol de paz y de medidas contra el cambio climático. La posición de mayor consenso fue que debíamos trabajar más cerca de los gobiernos locales”, señaló Sergio Díaz Granados, presidente ejecutivo de CAF, en la apertura del encuentro, realizado en un Hotel Arakur.
A su vez, se refirió a la necesidad de generar políticas públicas “ancladas en la relación con la naturaleza y en la relación de conocimiento entre los alcaldes” porque “muchos problemas se parecen y muchas soluciones comparten principios y valores que pueden ser transmitidos de un lugar a otro”, indicó.
A su turno, el Ministro del Interior, Wado De Pedro, presente también en el inicio, sostuvo que la región es la que menos contaminó a lo largo de la historia, “mientras que los países que manejan los principales bancos internacionales y tienen mayor poder de decisión en los organismos multilaterales son los que aportaron más del 55% de dióxido de carbono y otros agentes contaminantes a un planeta que también exhibe las consecuencias en el lugar donde vivimos”.
De Pedro sostuvo que el mundo necesita una transformación “de abajo hacia arriba”. Y fue enfático: “Arriba no llegan las necesidades de nuestras ciudades. Y nuestras necesidades son mucho más básicas. Por ejemplo que llueva, que haya agua y que no haya más incendios”.
”Necesitamos que funcionen los ecosistemas productivos en armonía con el entorno, que se pueda trabajar y desarrollarse en cada pueblo sin la necesidad de migrar a los grandes centros urbanos (…) Queremos cancelar nuestras deudas, pero no a costa de encender un modelo productivo que se lleve puesto al ambiente”, advirtió de Pedro.
Problemas y soluciones concretas
Asinelli enumeró a Infobae ejemplos concretos de ciudades que poseen proyectos biodiversos. “Hay en América Latina y el Caribe diferentes maneras en que los países piden financiar sus distintos proyectos. Hay países donde hay más conciencia de programas de inversión y donde hay más conciencia para una inversión o sea proyectos que se traduzcan en obras, es donde vemos mejor el concepto de biodiverciudad. Eso pasa mucho por ejemplo en Brasil, donde el trabajo a nivel subnacional es la manera que el Gobierno Nacional elige para tomar créditos con CAF. Entonces ahí el trabajo, por ejemplo, es todo lo que es la parte costera, esta cuestión de amigar la costa de los distintos países y de las ciudades con el ambiente urbano”, explicó.
“Trabajar en todos los temas de agua y saneamiento aunque parezca mentira, lo decía el ministro del Interior, el tema de agua y saneamiento es en América Latina del Caribe todavía una cuestión clave y eso tiene que ver con el concepto de biodiverciudad también, que no solamente todas las personas tengan acceso a agua segura, sino que a través del uso responsable, a través de la economía circular, las ciudades puedan reutilizar los recursos que tienen”, sumo Asinelli.
Y agregó: “Dentro de las ciudades, por ejemplo, el Río Rímac, en Perú, en vez de ser un espacio de encuentro de la población de los ciudadanos, termina siendo un espacio en el cual nadie quiere estar cerca, por el olor, por la contaminación, lo que pasa en Buenos Aires con el Riachuelo”.
Asinelli dijo que desde CAF lo que se hace es proveer técnicos y especialistas para todos estos fines.
“Eso es el diálogo que nosotros tratamos de generar, por eso este espacio de biodiverciudad, donde no imponemos ninguna idea. Traemos un concepto y vamos de a poco generando concientización entre alcaldes e intendentes de todos los países. Y uno ve hoy acá, después de un año de trabajo, Más de 100 alcaldes con una visión que de a poco se va generando, cómo podemos empezar a hacer visiones aisladas, experiencias de cada uno de ellos en cada en cada ciudad, una cosa un poco más robusta”, agregó.
—¿Por qué es importante le ámbito local?
— (Asinelli) Uno de los aspectos es porque en América Latina del Caribe el 80% de las personas viven en ciudades. Entonces ahí es donde se desarrolla, no solamente la cuestión económica productiva, sino el encuentro entre las personas. Y ahí es donde se desarrolla el final la contaminación y los espacios que tenemos que cambiar. Por eso definimos que los entes subnacionales, las provincias, los territorios, las ciudades, son un espacio muy interesante para poder trabajar, cambiar las conciencias, pero también con proyectos específicos.
—¿Cómo está Argentina a nivel nacional en cuanto a biodiversidad?
—(Asinelli) De toda la región de América Latina y el Caribe, te podríamos decir que la región una de las regiones más biodiversas del mundo. Hoy se hablaba que tenemos zonas de la Argentina con mucha agua y zonas de la Argentina con poca agua. Entonces no tenemos, por ejemplo, un problema de cantidad del recurso hídrico; sí, de distribución. Entonces la importancia ahí de trabajar en proyectos que sean acueductos para hacer más equitativa el porcentaje de agua acaba que va cada región, para consumo humano y también para producción.
—¿Qué observan cuando van por las regiones?
— La productividad al final termina atada a cuántos recursos hídrico hay. Cuando vamos por la región, vemos que los problemas son similares en todos los países, tenés ciudades muy ricas, ciudades muy pobres, ciudades con mucha agua, ciudades con poca agua. Entonces tenemos que buscar la manera de poder sentar a todos en una mesa para que vean qué problemas y soluciones ya están de alguna manera en la mesa de discusión. Tenemos la suerte de tener la visión regional y al hacer eso no solamente podemos conseguir el financiamiento para los proyectos, sino también el conocimiento para que una ciudad pueda aprovechar lo que está haciendo otra, y no perder tiempo inventando la rueda cuando hay otra ciudad, que ya ha trabajado en cuestiones específicas.
Alicia Montalvo contó que que están trabajando en proyectos vinculados a la adaptación al cambio climático. “Esto supone reforzar sistemas de protección natural como masas boscosas, humedales o manglares desde una perspectiva de regeneración”, dijo a Infobae.
Y siguió: “Lo que hacemos es trabajar en la regeneración de estos sistemas naturales de protección que son mucho más costo-eficientes que sistemas de protección denominados “de infraestructura gris”. Esto lo trabajamos desde una perspectiva integral en ciudades de Ecuador, El Salvador, Colombia, Panamá. En muchos casos trabajamos en colaboración con los fondos climáticos. Lo que queremos es promover un enfoque ambicioso, que realmente implique un cambio de visión para las ciudades que se integran a la red”.
— ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las ciudades de la región a la hora de encarar este cambio?
— (Montalvo): Por un lado, en cuanto a la biodiversidad el principal reto es que el crecimiento urbano no ocurra a costa de ejercer una presión excesiva sobre los ecosistemas, porque al final eso genera una mayor vulnerabilidad de la propia ciudad frente a los riesgos de desastres naturales y climáticos. Es un proceso que se retroalimenta, por lo que aumentan las probabilidades de que las urbes sufran de estrés hídrico, desastres naturales con impacto en su infraestructura y su población. Es muy importante planificar el crecimiento urbano de manera tal de no ignorar el ecosistema en los que se integra, aunque lamentablemente esto último es una problemática que observamos en muchas ciudades de la región. El segundo desafío importante tiene que ver con la lucha contra el cambio climático en sí misma y la reducción de emisiones que se derivan principalmente del transporte. “El problema de la movilidad es realmente grave, porque es uno de los sectores que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero de América Latina. De hecho, en torno al 27% de emisiones de la región provienen del transporte urbano.
—¿Qué tan efectivo es poder pensar esos problemas de abajo hacia las esferas de arriba que son los gobiernos nacionales?
— (Montalvo): Creo que tenemos que aumentar la participación social. En muchos casos, sobre todo en los temas vinculados a la biodiversidad, la desafección y el desapego que existe en muchas ciudades respecto a su propio entorno provoca efectos muy perniciosos. Si uno se siente identificado con su ciudad o su pueblo, lo cuida. Hay un movimiento creciente de involucrar a las comunidades locales en la planificación, pero todavía hay espacio para un mayor crecimiento.
Infobae tuvo un mano con el alcalde de Barranquilla, Colombia, Jaime Pumarejo, quien explicó que crearon un plan para los próximos 80 años donde “la calidad de vida está atada a la biodiversidad que tenemos alrededor y la apropiación de ella para usarla como generación de empleo a futuro”, según detalló.
“Estamos construyendo, en marzo inauguramos la primera etapa, un Ecoparque urbano de mil hectáreas que tiene playa, que tiene ciénaga, que tiene río y tiene un complejo manglar increíble, que es además, un súper árbol, porque atrapa mucho más que lo que atrapa en CO2 un árbol tradicional. Otros son los primeros bosques urbanos que son bosques secos tropicales con áreas para hacer acampamientos, para hacer avistamiento de aves, para hacer picnics y demás. Es un bosque de 30 hectáreas en el corazón de la ciudad. Podríamos hablar de reciclaje, de manejo del agua de por ejemplo como la ciénaga de la cual hablábamos, la cual estamos recuperando con microalgas cultivadas dentro de la misma ciénaga, es decir una solución criolla basada en la misma naturaleza”, agregó Pumarejo.
El ministro de Medio Ambiente y Desarrollo sostenible de Argentina, Juan Cabandié fue el encargado de cerrar el evento. “Hay que hacer encuentros como estos, con gobiernos locales que tienen que tomar decisiones, son la primera ventana para la ciudadanía, los pueblos. Son los primeros que resuelven. Esta sinergia que se está construyendo es muy buena, porque muchas veces logran dar discusiones y movilizar recursos, de esos que escasean, como quizás no lo hacen los países”, sostuvo.
“La gestión local es sumamente importante dentro de la agenda ambiental, pero no podemos analizarlo escindido de la geopolítica del clima”, abundó Cabandié. “Hay que poner en discusión sobre la mesa”, dijo. “No son lo mismo las emisiones de Latinoamérica y el Caribe que las del hemisferio norte”, agregó.
El titular de Ambiental a su vez destacó: “Queremos coordinar con todos los países para decir que, más allá de mitigación, queremos incrementar la agenda que financie la adaptación para hacer las obras, para que la gente viva mejor”. E instó a poner en discusión las asimetrías sociales: “Cuando hablamos de transición sostenible también hablamos de transición justa y eso es la equidad territorial, las responsabilidades comunes pero diferenciadas”.