Un terapeuta reveló seis signos de que puede estar sufriendo el síndrome del impostor, incluida la creencia de que su éxito se debe a la suerte o al buen momento.
Por Daily Mail / Traducción libre al castellano por lapatilla.com
La terapeuta londinense Abby Rawlinson comparte regularmente información sobre temas de salud mental con sus más de 127 000 seguidores en Instagram.
Abordó el tema en varias ocasiones, explicando qué es el síndrome del impostor, además de compartir posibles signos de la afección en una publicación reciente.
Según Abby, el síndrome del impostor “tiene que ver con el miedo”, incluido el miedo al fracaso, no ser “lo suficientemente bueno”, el juicio y la crítica, y ser expuesto como “falso” o “fraude”.
Abby escribió: “Cuando experimentamos estos miedos regularmente, nuestro sistema nervioso puede desregularse, lo que resulta en períodos de ‘hiperexcitación’ o ‘hipoexcitación’.
Señaló que la ‘hiperexcitación’ se conoce comúnmente como lucha o huida.
Abby agregó: ‘Cuando nos quedamos atrapados en este estado, podemos sentirnos ansiosos y con pánico.
“[Esto] puede hacer que tengamos un ‘funcionamiento excesivo’, lo que podría parecer: trabajar muchas horas, dificultad para delegar, problemas para desconectarse y perfeccionismo”.
Mientras tanto, dijo, la ‘hipoexcitación’ se conoce comúnmente como congelamiento.
‘Cuando nos quedamos atrapados en este estado’, escribió, ‘podemos sentirnos retraídos, deprimidos y con poca motivación, y puede hacer que ‘no funcionemos bien’.
Esto podría verse como: evitar conversaciones difíciles, dificultad para pedir ayuda, no ser asertivo y pasar desapercibido.
Comprender el estado autónomo en el que nos encontramos es importante según el terapeuta, ya que es “indicativo de los pensamientos que estamos teniendo”.
Ella describió esto como tener pensamientos urgentes mientras se encontraba en un estado ansioso de hiperexcitación, por ejemplo, “Debo hacer algo ahora”.
Sin embargo, durante un estado de baja hipoactivación, los pensamientos serán más del tipo ‘no puedo’.
Escribió: “Esta conexión entre nuestro sistema nervioso y nuestros pensamientos es la razón por la que debemos abordar el síndrome del impostor desde una perspectiva de mente y cuerpo”.