El dictador de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo este miércoles que siente “una enorme insatisfacción” por “no haber sido capaz” de conseguir los resultados “que necesita el pueblo”, en referencia a las crisis económica y energética que atraviesa el país.
En su intervención en el cierre del periodo de sesiones de la Asamblea Nacional, hizo un repaso de la situación económica del país, a la que describió como un “huracán de carencias y dificultades” que los lleva a enfrentar “colosales desafíos” para corregir el rumbo.
Pese a que reiteró sus críticas a las sanciones de EE.UU. contra la isla, Díaz-Canel agregó que la actual crisis se debe también a las “ineficiencias y obstáculos generados” por la “impericia y errores” en Cuba.
“Decir que la economía transita por una compleja situación es lo cierto, lo innegable, pero no resuelve. Lo que toca es buscar salidas, innovar y romper el cerco”, añadió.
El gobernante cubano reconoció que hay “importantes desequilibrios macroeconómicos” en el desempeño de las finanzas del país, que se traducen en problemas como la inflación, la escasez de oferta y la depreciación del peso cubano.
El tipo de cambio oficial es de 24 pesos cubanos por dólar. No obstante, la moneda nacional ha ido perdiendo peso en el cada vez más extendido mercado informal. Actualmente se coloca en torno a 175 pesos por dólar (a principios de año era de 72 pesos).
Sin mencionar el fenómeno directamente, el presidente habló también de una “parcial dolarización de la economía” y llamó a “corregir” los “desequilibrios”.
La economía de Cuba crecerá este año un 2 %, frente al 4 % de la proyección gubernamental, por lo que seguirá un 8 % por debajo de los niveles previos a la pandemia, según informó este lunes el ministro de Economía, Alejandro Gil.
El régimen cubano aspira a un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 3 % en 2023, aún lejos del rendimiento prepandémico. EFE