Una mujer de Michigan fue acusada de delitos graves esta semana por su papel en un elaborado plan de pesca de gato que tenía como objetivo a su propia hija, que luego trató de culpar a otros adolescentes.
Por New York Post
Traducción libre de La Patilla
Kendra Gail Licari, de 42 años, de Mt. Pleasant, fue arrestada y acusada el lunes de dos cargos de acechar a un menor, dos cargos de usar una computadora para cometer un delito y un cargo de obstrucción de la justicia, informó The Morning Sun.
El caso contra Licari es la culminación de una investigación de un año que comenzó con una denuncia de diciembre de 2021 ante Beal City Schools de que la hija de Licari y su entonces novio estaban siendo acosados ??cibernéticamente.
El acoso supuestamente comenzó a principios de 2021, dijo el fiscal del condado de Isabella, David Barberi, al medio el lunes.
En el momento en que se hizo el informe, Licari estaba empleada por Beal City Schools como entrenadora de baloncesto femenino.
Barberi confirmó que Licari y la madre del otro estudiante cooperaron con las autoridades escolares en la investigación inicial. Debido a que la mayor parte del acoso no tuvo lugar en la propiedad escolar y no utilizó dispositivos escolares, el distrito pasó la denuncia a la policía local en enero de 2022.
Licari finalmente fue identificada como la culpable a fines de la primavera, cuando los analistas del FBI identificaron sus direcciones IP como las utilizadas para enviar los mensajes crueles.
Barberi le dijo a The Morning Sun que su oficina ha compilado desde entonces 349 páginas de texto y correspondencia en las redes sociales que implican a Licari.
Ni la oficina del fiscal ni el superintendente de las escuelas de la ciudad de Beal, William Chilman, respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios de The Post.
Además de intimidar a los adolescentes, Licari acusó de usar redes privadas virtuales en un intento de incriminar a los compañeros de su hija.
Cuando se enfrentó a pruebas en su contra, Licari supuestamente hizo una confesión completa.
Leer más en New York Post