Tres sismos de magnitud entre 3,7 y 4,4 en la escala abierta de Richter se registraron este lunes en la provincia costera de Manabí, sin que hasta el momento se haya informado de víctimas o daños materiales.
Los sismos se sucedieron entre las 06.01 hora local (11.01 GMT) y las 07.26 GMT (12.26 GMT), de acuerdo al Instituto Geofísico.
El primer sismo, de magnitud 4,4, se registró a una profundidad de 10,05 kilómetros, a 17,73 kilómetros de Bahía de Caraquez.
Catorce minutos después ocurrió otro de magnitud 3,7 a una profundidad de 9,08 kilómetros, a 15,92 kilómetros de Bahía de Caraquez.
A las 07.26 hora local (12.26 GMT) se registró un sismo de magnitud 4,2 a una profundidad de 5,62 kilómetros y a 14,67 kilómetros de Rocafuerte, también en la provincia de Manabí.
De acuerdo al Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias del Ecuador, los sismos se sintieron en varios cantones de la provincia de Manabí y también en uno de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Según el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada los sismos no reúnen las características para provocar un tsunami.
La provincia de Manabí, y su vecina Esmeraldas, fueron las más golpeadas por un terremoto de magnitud 7,8 de hace más de seis años, uno de los más graves de la historia reciente de Ecuador.
Ese fenómeno natural, ocurrido el 16 de abril de 2016, dejó más de 670 fallecidos, miles de afectados, así como millonarias pérdidas materiales.
Ese terremoto se sintió con fuerza también en zonas andinas, como la capital ecuatoriana, Quito, y tuvo miles de réplicas, de acuerdo al Instituto Geofísico.
Ecuador se encuentra en el Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico, que concentra algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo y es escenario de una fuerte actividad sísmica.
Además de Ecuador, el Cinturón, que tiene forma de herradura, comprende a una gran cantidad de países tales como Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos y Canadá.
EFE