A principios de los 2000, el ex futbolista Boji Fati se fue de su país natal, Guinea-Bissau, en África occidental, para encontrar una vida mejor en Europa.
Por Clarín
Dejó a su familia (tenía un hijo y su esposa estaba embarazada de Anssumane, luego conocido como Ansu) con la promesa de regresar por ellos. Guinea-Bissau sufría aún los resabios de la guerra civil iniciada en junio de 1998.
Se alternaban los golpes de Estado y la pobreza crecía a la par que el narcotráfico. Boji probó suerte en el fútbol de Portugal pero no le fue bien. Después supo de la localidad comunista de Marinaleda, en Sevilla, España.
El intendente Juan Manuel Sánchez Gordillo era receptivo a los inmigrantes. Llegó ilusionado pero los primeros tiempos los pasó como mendigo. Hasta que consiguió empleo como chofer de camiones.
Las cosas se acomodaron y, tal como prometió, llevó a su familia. Entre ellos a Ansu, que había nacido el 31 de octubre de 2002; era el segundo de un total de cinco hijos que tendría el matrimonio.
Hincha del Real Madrid y admirador de Cristiano Ronaldo, Ansu empezó a jugar al fútbol en el Sevilla. Emisarios del Madrid y del Barcelona fueron por él. Ganaron los catalanes.
A los 9 años entrenaba en La Masía. En 2019, el Consejo de Ministros español le concedió “la nacionalidad española por carta de naturaleza”. En Barcelona la rompió. A los 17 años lo veían como el heredero de Lionel Messi. Y fue integrante de la España mundialista en Qatar.
La historia de Ansu Fati terminó bien, pero hay cientos de casos de inmigrantes que no llegan a buen término.
Según la Unión Europea, los cruces de fronteras ilegales aumentaron en 2021 un 60 por ciento con respecto a 2020. Sobre 199.900 casos registrados, 112.600 fueron por mar y 87.300 por vía terrestre.
El fútbol como esperanza
Industria multimillonaria, el fútbol es esperanza de una vida mejor en los países pobres. Para encontrar talentos, los agentes merodean cualquier espacio en el que se juegue a la pelota.
Cuando aparece un diamante, se le busca club y se le encuentra nacionalidad. En el reciente Mundial de Qatar fueron 137 los futbolistas nacionalizados (en Rusia 2018 eran 82).
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