Construyó un alojamiento en el patio de su casa en EEUU e hizo suficiente dinero para dejar de trabajar

Construyó un alojamiento en el patio de su casa en EEUU e hizo suficiente dinero para dejar de trabajar

Cortesía

 

Will Sutherland siempre tuvo el camino claro y lo consiguió. Desde antes de comprar su residencia, tenía la idea de hacer una casa del árbol en la propiedad. La primera vez que pasó por ahí, dos árboles que estaban sobre una roca llamaron su atención. Entonces lo supo. Este era un anhelo que jamás creyó que podría volver realidad y menos que, tras poner el alojamiento en la plataforma Airbnb, las ganancias lo ayudarían a dejar su trabajo y a dedicarse a lo que más disfruta.

Por La Nación





La historia de Will la cuenta él mismo en una conversación transcrita en el medio Insider. La quimera a la que llegó tras esa imagen de los árboles empezó a tomar forma después de que se volvió el dueño de la propiedad. Él solo cargó cada pieza de madera y pesada viga durante seis meses y medio. Debido a que tenía un aserradero en la casa, pudo encargarse también del cedro para el revestimiento.

Fueron esos cimientos los que volvieron tangible su deseo. No obstante, tuvo algo de ayuda. Cuando le dijo a su ahora esposa, Sabrina Hartley, que construiría una casa del árbol para alquilarla, ella le contestó: “Estoy de acuerdo mientras hagas otro baño para los huéspedes”. Esta era una necesidad. Los que se quedaban en su otro Airbnb, un autobús escolar reconvertido, habían usado el baño de su casa por años. En esta nueva incursión, ese era un problema que debía solucionarse.

Cortesía

 

“Cuando construí la casa del árbol, también hice una casa de baños con ducha y retrete al mismo tiempo. Ahora todos nuestros huéspedes la utilizan, retrata Will Sutherland para Insider.

La esencia de Sabrina también está presente en los detalles importantes, como el acabado del suelo o el recorte de las tablas. Fue así como los meses de esfuerzo transcurrieron y el resultado los sorprendió. Si bien la casa del árbol no es tan amplia, tiene una litera ideal para niños, así como una cama matrimonial. Además, los huéspedes pueden calentar el agua y regular la temperatura.

En caso de emergencia, hay una salida en la parte trasera. La casa está a unos cinco metros del suelo, por lo que esta suma de características lo llevaron a ser un alojamiento atractivo para los posibles huéspedes: “Tengo reservas para meses. El precio por noche oscila entre 160 y 250 dólares, según la época del año”, asegura el propietario.

Lea más en La Nación