Una comunidad autóctona del oeste de Canadá anunció el jueves haber descubierto posibles tumbas anónimas y un hueso de niño cerca de un internado canadiense para menores indígenas.
Desde hace año y medio, más de 1.300 tumbas de niños fueron halladas cerca de estas instituciones en las que enrolaban de fuerza a los menores indígenas, lo que conmocionó el país y llevó a una toma de consciencia nacional sobre el sombrío pasado colonial del país norteamericano.
En Lebret, en la provincia de Saskatchewan, un radar permitió descubrir alrededor de “2.000 zonas” sospechosas que deben ser investigadas, explicó el jueves la comunidad Cree de Star Blanket.
Es imposible dar por el momento una cifra precisa del número de tumbas, porque cada “zona” no corresponde forzosamente a una sepultura anónima, precisó Sheldon Poitras, quien lleva las investigaciones.
También se halló un fragmento de hueso de una mandíbula de niño que data de hace unos 125 años, “prueba material de la presencia de una sepultura sin marca”, anotó.
“Nuestros corazones pesan hoy. Es inimaginable”, declaró Michael Starr, jefe de la comunidad.
Las zonas de búsqueda fueron identificadas gracias a indicaciones de exalumnos del internado administrado por la Iglesia católica y abierto hasta 1998.
El primer ministro Justin Trudeau calificó este jueves el anuncio de “difícil” y admitió que “el trabajo apenas empieza”, prometiendo ayuda del gobierno.
Entre finales del siglo XIX y la década de 1990, unos 150.000 niños indígenas fueron enrolados a la fuerza en 139 internados en el país, separados de sus familias, su lengua y su cultura. Miles nunca volvieron.
Una comisión de investigación nacional calificó en 2015 el sistema de “genocidio cultural”.
AFP