El transporte público funciona de manera reducida y las escuelas permanecen cerradas, por lo que el Gobierno llamó a trabajar desde las casas. La medida fue una de las promesas de campaña que llevó al actual mandatario a su reelección en abril en 2022.
Por infobae.com
Trenes parados, escuelas cerradas, sindicatos en las calles. Francia vive este jueves una jornada de protestas masivas contra el impopular retraso de la edad de jubilación a 64 años, que ponen a prueba el crédito político del presidente Emmanuel Macron.
“La batalla que comienza (…) es una prueba para Emmanuel Macron, decisiva para el final de su mandato y consustancial para la huella que dejará en la historia”, subraya este jueves un editorial del diario Le Parisien, en la línea del resto de medios.
La reforma de las pensiones es una de las medidas clave que el mandatario, de 45 años, prometió durante la campaña que llevó a su reelección en abril, tras un primer proyecto en 2020 que tuvo que abandonar por la llegada de la pandemia.
“Hay que distinguir entre los sindicatos que llaman a manifestar en un marco tradicional (…) y aquellos que están en una dinámica deliberada de bloquear el país”, dijo Macron, que este jueves estará en Barcelona para una cumbre franco-española.
Aunque su intención era retrasarla de los 62 a los 65 años, su primera ministra Élisabeth Borne planteó finalmente 64 años, pero adelantando a 2027 la exigencia de cotizar 43 años para poder cobrar una pensión completa.
Estos dos puntos cristalizan el rechazo de la opinión pública. Según un sondeo de Ipsos publicado el miércoles, aunque un 81% de franceses considera necesaria una reforma, un 61% rechaza esta y un 58% apoya el movimiento de huelga.
“Lo que sentimos hoy es que hay una gran ira, una voluntad de manifestar contra el retraso de la edad de jubilación”, indicó el miércoles por la noche el secretario general de la CFDT, el primer sindicato francés, Laurent Berger.
El primer frente sindical unitario desde 2010, cuando intentaron en vano impedir el retraso de la edad de jubilación de 60 a 62 años por el gobierno del presidente conservador Nicolas Sarkozy, espera sacar un millón de manifestantes a la calle.
Más de 200 protestas están previstas en Francia. Las primeras debían arrancar por la mañana, antes de la manifestación de París a las 14H00 (13H00 GMT). Las autoridades esperan entre 550.000 y 750.000 manifestantes y entre 50.000 y 80.000 en la capital.
El líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martínez, estima que más de un millón de personas se manifestarán contra la reforma de las pensiones que ha propuesto el Gobierno francés.
En unas declaraciones a la prensa poco antes del inicio de la manifestación en París, Martínez ha subrayado que las informaciones que le llegan de toda Francia muestran que hay más manifestantes que el 5 de diciembre de 2019, en el inicio de las protestas contra el anterior proyecto de reforma de las pensiones, cuando la CGT contó 1,5 millones de personas y la policía 806.000.
En la misma línea se manifestó Laurent Berger, que dijo sentir “una fuerte movilización, más de lo que pensábamos”.
”No puedo más que estar satisfecho”, señaló Berger, que insistió en que “esta reforma no es justa” porque afecta en particular a los trabajadores que empezaron a trabajar antes de los 20 años.
Tanto él como Martínez coincidieron en que las protestas van a continuar en los próximos días a menos que el Gobierno dé marcha atrás y paralice la tramitación de su proyecto, que tras su adopción en el Consejo de Ministros el próximo lunes, debe iniciar la tramitación parlamentaria a comienzos de febrero.
Pero, ¿se logrará el éxito de 1995? Presente en el imaginario colectivo, esta intensa protesta durante el invierno boreal, que dejó en los andenes metros y trenes durante más de tres semanas, fue la última en lograr paralizar una reforma de pensiones.
“Trabajaré desde casa”
El ministro Clément Beaune ya advirtió que sería una jornada “de infierno” en el transporte y llamó a los ciudadanos a trabajar desde casa, donde muchos deberán además cuidar a sus hijos, ya que un 70% de maestros se declaró en huelga, según los sindicatos.
“Trabajaré desde casa, ya que con las huelgas no puedo arriesgarme”, dijo a la AFP Abdou Syll, un consultor que debe cruzar la región de París para ir a su oficina. “Si se repite, me quedaré en teletrabajo el mayor tiempo posible”.
La circulación de metros y trenes en París, donde el transporte público es clave para la economía, amaneció “muy perturbado”. Una línea de metro está completamente cerrada y otras doce solo funcionan parcialmente, indicó a la AFP la empresa RATP.
La compañía de ferrocarriles SNCF también prevé que el tráfico se vea “muy perturbado” por la huelga, con la circulación de un tren de alta velocidad de cada tres o de cada cinco, según las líneas, y un tren regional de cada diez de media.
El sector de la energía se anuncia clave. El gestor de la red eléctrica francesa RTE constató una fuerte reducción de la producción, equivalente a dos veces el consumo de París, por lo que advirtió a los huelguistas que no la reduzcan más.
El sindicato CGT ya anunció varios paros este jueves y en las próximas semanas en refinerías y depósitos, reavivando los temores de una escasez de combustible como la vivida en octubre y que obligó al gobierno a intervenir para frenar las protestas.
Tras esta primera acción, los sindicatos deben decidir cómo continuarán las protestas. El gobierno debe aprobar por su parte el lunes su proyecto final, antes de su debate parlamentario que podría prolongarse hasta finales de marzo.