Monseñor Moronta: No convirtamos la “feria” de San Sebastián en una cúpula de cristal engañosa

Monseñor Moronta: No convirtamos la “feria” de San Sebastián en una cúpula de cristal engañosa

Monseñor, Mario Moronta, ofreciendo homilía junto a otros Obispos en misa de San Sebastián

 

Con motivo de la conmemoración del Día de San Sebastián, patrono de la ciudad de San Cristóbal en el estado Táchira, Monseñor Mario Moronta, durante la homilía de la celebración que todos los años ofrece al Patrono, envió un mensaje a los organizadores de la Feria Internacional de San Sebastián (Fiss) y a las autoridades regionales, municipales y locales, a quienes exhortó a que aporten parte de las ganancias de estos espectáculos en labores sociales y no a que solo un grupo reducido se enriquezca en medio de tantas necesidades.

Por Luz Dary Depablos / Corresponsalía LaPatilla.com





El Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, citó lo que dijo Pablo a los Gálatas: “Para eso nos liberó Cristo, a fin de ser libres” (5,1), “la Iglesia, desde la Eucaristía, invita a compartir con todos para que nadie pase necesidad”.

“¿No sería oportuno dar de una vez el paso para que, quienes se valen de la ‘Feria de San Sebastián’ para obtener grandes ganancias, puedan dejar un buen porcentaje de lo obtenido para reforzar algún servicio o solventar alguna necesidad?, se preguntó, la autoridad católica en la homilía.

Por lo que recomendó, “la creación de un fondo de becas para niños, adolescentes y jóvenes de escasos recursos o apoyar un fondo para medicinas y exámenes médicos para los más necesitados”.

 

 

El Obispo sugirió que ese aporte también podría dirigirse para apoyar a emprendedores o para quienes tengan trabajo con recursos económicos muy bajos… “La ‘feria’ no es una oportunidad para que unos pocos se enriquezcan a costa de la alegría o recreación de muchos”.

“La feria, desde sus organizadores y de los que aprovechan para hacer sus actividades, requiere que de verdad haya el compromiso de fortalecer al pueblo y darle, no unas pocas migajas para tranquilizarlo en sus necesidades vitales, sino una buena oportunidad para su dignificación. Ya desde hace varios años venimos insistiendo en esto. No es lógico, ni cristiano, ni ciudadano valerse del patrocinio de un santo y valeroso mártir para justificar acciones, muchas de ellas reñidas con la normal vida de los ciudadanos y que, en no pocos casos, sólo beneficia a los que traen sus espectáculos”, puntualizó.

Igualmente durante su homilía ivitó a los cristianos a abrirse al “gran nosotros”. Manifestó que, “el Táchira es una tierra de promisión y de futuro. Por eso, hay que vencer todo conformismo, toda mediocridad y apostar a un futuro de crecimiento integral, donde lo material esté al servicio de lo cultural y donde lo cultural y religioso sean vehículos para promover e instaurar los valores que engrandecen a la gente y los convierten en actores de su futuro”.

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Monseñor, Moronta, también resaltó, “tengamos mucho cuidado todos, autoridades, empresarios, ministros religiosos, ciudadanos en general y no convirtamos la ‘feria’ en una cúpula de cristal engañosa. Es cierto que hemos ido creciendo en muchas cosas, es cierto que tenemos voluntad para seguir nuestro camino… pero no caigamos en la falacia de que, por haber tenido unos bonitos espectáculos, ya todo está resuelto… Ojalá que al pensar en el ‘gran nosotros’, lo hagamos con los criterios del evangelio”.

“Tengamos cuidado y no pensemos que el auténtico desarrollo está en la especulación de los precios de muchas cosas… tengamos cuidado de creernos que somos más que los demás por poseer bienes materiales… prestemos atención para no caer en las falsas consideraciones de que una ‘feria gigante’ ya ha resuelto los problemas de nuestra sociedad… Todavía hay mucho por hacer”, continuó en su homilía.

Asimismo, recordó el evangelio de la multiplicación de los panes, cuando “al caer la tarde, los apóstoles le dicen a Jesús que los despache pues no van a poder conseguir dónde y qué comer”. La respuesta del Maestro fue una invitación a creer en Él y actuar en su nombre: “Denles Ustedes de comer”. Ellos le trajeron cinco panes y dos peces, con los cuales nuevamente el Señor manifestó quién era y los multiplicó de tal modo que se saciaron y hasta recogieron al final doce canastos de lo que sobró”.