De Jají y su capital, San Miguel, una zona que se caracterizó durante décadas por ser uno de los atractivos culturales y turísticos de Mérida, hoy solo quedan recuerdos de una época primorosa.
Por Jesús Quintero
Sus calles empedradas, pintorescas fachadas, comercios dedicados a la venta de carritos de madera y artesanías de barro, la popular chicha y calentado andino, así como los tradicionales dulces abrillantados para el disfrute de propios y visitantes, fueron algunos de sus encantos.
Luis López, hombre dedicado a recorrer cada rincón del estado Mérida para mostrar sus bondades culturales y patrimoniales, ve con preocupación el abandono de Jají.
“Este era un pueblo espectacular, con una magia que atrapaba a cualquiera desde el primer momento que se adentraba entre sus calles empedradas”, dijo en medio de su relato.
Con palabras entrecortadas, lamenta que “su plaza, sus comidas y su iglesia, que son parte de los atractivos patrimoniales, ahora este pueblo se encuentre en total abandono”.
La vialidad para llegar al pueblo está totalmente destruida. Las carreteras no reciben mantenimiento preventivo y correctivo, y representan una guillotina para los conductores, y también para los pocos turistas que en ocasiones buscan refugiarse en el pueblo, alejados de la metrópolis merideña.
Posadas, restaurantes, ventas de artesanías con las santamarías cerradas. No hay lugares para tomarse un calentao andino o una chicha de maíz.
Una señora de edad avanzada, que prefirió no identificarse, habitante del pueblito de antaño y que ha vendido pastelitos durante más de 35 años, comentó a lapatilla.com que este año se va de Jají. “De 3.000 pastelitos que vendía, ahora hay días que no vendo ni uno”.
Otra lugareña manifestó que pasan calamidades para movilizarse cuando dependen del transporte público y privado. “Cuando les surten gasolina, trabajan tres días en las horas pico, y el rojito (refiriéndose a las unidades Yutong de la estatal Tromerca) da dos vueltas al día y listo, luego se guarda”.
Los residentes del otrora pintoresco pueblo andino, se sienten desamparados, sin ningún tipo de ayuda de los gobiernos chavistas a nivel municipal, regional y nacional.