El antiguo capo de la banda criminal colombiana el Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, se declaró este miércoles culpable de los cargos de narcotráfico de los que se le acusa en Estados Unidos, por los que podría ser condenado a un mínimo de 20 años.
“Culpable”, confirmó Otoniel tras la lectura de cada uno de los cargos contra él: liderar una organización criminal de manera continuada, conspiración marítima para la introducción de narcóticos en Estados Unidos y conspiración para la distribución de narcóticos.
“Toneladas de cocaína se movieron con mi permiso y mis órdenes de Colombia a Panamá, Costa Rica, Honduras y México”, con destino final a Estados Unidos, leyó Otoniel ante la jueza.
El capo colombiano, que tenía tres casos abiertos en Estados Unidos que se han fusionado en el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, ya había mostrado anteriormente su intención de declararse culpable y alcanzar un acuerdo con la Fiscalía.
Otoniel, que compareció vestido con un mono carcelario de color azul claro grisáceo y el pelo muy corto, cifró en su declaración de culpabilidad en 96.856 kilogramos de cocaína, la cantidad de droga supervisada entre 2008 y 2021 por el Clan del Golfo, que contaba con oficinas para la recaudación de las ganancias de narcotráfico.
Según el acuerdo de extradición, la Justicia estadounidense no podrá imponerle la cadena perpetua, ya que esta pena no existe en Colombia.
Antes de que se declarara culpable, la jueza Dora Lizette Irizarry le preguntó si era plenamente consciente de lo que hacía y le informó de que al aceptar su culpabilidad renunciaba a su derecho de ser juzgado por un jurado.
Y a preguntas de la jueza, Otoniel aseguró que se estaba medicando porque tenía una dolencia cardíaca que no especificó.
El narco, que también ha acordado el pago de 216 millones de dólares, leyó brevemente su carrera paramilitar y criminal ante la jueza, en un documento en español que iba interrumpiendo para que la traductora pudiera repetir sus palabras en inglés.
Úsuga explicó que en 1997 se incorporó a las Autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá, que describió como un grupo paramilitar de extrema derecha para combatir a las guerrillas. Junto a otros miembros comenzó a ofrecer seguridad a narcotraficantes que atravesaban la zona donde operaba.
En 2005 se desmovilizó y durante dos años estuvo en una organización para la incorporación a la vida civil de los desmilitarizados, agregó Otoniel, antes de agregar que en 2008 “debido al conflicto interno y a la situación de seguridad” se unió a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como también se conoce al Clan del Golfo, que comenzó a dirigir en 2009 tras la captura del entonces dirigente Rendón Herrera, alias Don Mario.
Durante sus años como dirigente, hasta su detención en 2021, ordenó a otros que proporcionaran paso seguro a narcotraficantes y narcóticos y que se cobrara una tarifa por cada kilogramo de cocaína que se fabricaba, almacenaba y transportaba por las zonas que controlaba.
EFE