“Ferias sin pinchos y sin churros, no son ferias”, asegura Margarita Cárdenas, vendedora informal, recordando una de las frases más repetidas por los tachirenses cada vez que se realizan ferias en cualquier municipio de la entidad.
Corresponsalía LaPatilla.com
Aunque en la Feria de San Sebastián (Fiss) fueron instaladas decenas de ventas de comida rápida en todos los alrededores del Complejo Ferial, las ventas no han sido las esperadas.
Cabe destacar que desde hace varios años, en la Fiss no se observaba la multitud de personas como se ha registrado en los últimos días. Sin embargo, los tiempos han cambiado y la feria de bonanza en la que familias gastaban en comida, compras en las exposiciones, conciertos y corridas de toros, ya no es la misma, pues son muy pocas las personas que pueden disfrutar la Fiss como hace décadas atrás.
Entrar a las exposiciones de ventas de ropa, calzado, joyería, mueblerías, entre otros productos, en los Pabellones Venezuela y Colombia, tiene un valor de cinco mil pesos o un dólar.
Comprar un servicio de pinchos o de churros más un refresco o agua mineral en la Fiss, representa dos dólares por persona y, como es tradición, a estas actividades siempre se va en familia, por lo que comprar los más “económico”, representa entre 8 y 10 dólares.
Cada dólar cuenta
Los parques mecánicos siguen siendo la mayor atracción para los niños y adolescentes, pero para disfrutar en alguno de los aparatos por solo dos minutos, los padres deben pagar un dólar, a pesar de tratarse de máquinas viejas que, incluso, en una de estas ya se registró un accidente al inicio de las ferias.
Lo más asequible para las familias con varios hijos, es el show del circo, que tiene un costo de dos dólares para los adultos y un dólar para los niños, y el espectáculo tiene una duración de casi media hora, pero se observó que en cada presentación apenas se llena de espectadores el 25% del espacio.
“Los carritos chocones están muy caros, para solo dos minutos. Los niños no entienden que no es fácil pagar por muchas atracciones, ya no es como antes. Cuando yo era niña, me compraban tiras completas de tickets para montarme en todo”, dijo Teresa Morales.
Margarita Cárdenas, quien viaja con su carrito de churros por todas las ferias, manifiesta que las ventas bajaron. “Ahora la gente viene solo a mirar. He visto muchas personas que se traen comida de sus casas y hasta potes con agua para no gastar”.
Para María Contreras, una vendedora en un stand de ropa en el Pabellón Colombia, la situación ha sido igual que en Navidad. “Invertimos con la esperanza de vender lo que no vendimos en diciembre, pero las ventas han sido muy pocas. Hay expositores que invirtieron más de 1.000 dólares solo por el espacio, pero solo ha sido puro gasto. Esperamos que este fin de semana se recupere algo”.
Sin duda los más beneficiados han sido los organizadores del evento con el cobro de entradas a los pabellones y a la exposición de la Asociación de Ganaderos del estado Táchira, donde diariamente ingresan entre 8.000 y 10.000 personas, y cada entrada tiene un costo de un dólar, aparte del valor de cada stand, que oscila entre 380 y 480 dólares.
Cabe destacar que en esta ocasión todas las exposiciones de la Fiss se concentraron en el sector Pueblo Nuevo, es decir, no hubo feria en la plaza de La Ermita ni en el Círculo Militar, como tradicionalmente se hacía en las ferias anteriores.