Hace 20 años nació una organización vecinal que busca atender a los más necesitados, pero también rescatar los valores y a los jóvenes de los sectores de Punta Cardón, en la Península de Paraguaná al occidente de Venezuela.
Corresponsalía La Patilla
Se trata de un pueblo pesquero que creció en los alrededores de la refinería Cardón, que junto a Amuay, conforman el Complejo Refinador de Paraguaná.
La fundación Amigos de Punta Cardón estuvo hasta el año 2018 funcionando de manera informal entre amigos y vecinos que ayudaban a quien se enfermaba o estaba pasando un mal momento, pero hace cinco años, en una asamblea de ciudadanos, decidieron formalizar el trabajo comunitario para buscar el apoyo de instituciones públicas y privadas.
Actualmente está presidida por Robert Mejía, quien junto a otras 16 personas, se han dedicado a activar planes y tareas para que la fundación pueda tener espacios para todos.
“Las actividades que hemos hecho han sido gracias a la misma comunidad que colabora y se involucra. Pocas ayudas hemos recibido de otras organizaciones, pero le decimos a la comunidad que alguien necesita un medicamento o una ayuda, y todo el mundo se activa”, dijo.
Una casa como centro de operaciones
La organización funciona en la avenida Andrés Bello, justo en la casa de Wilson González, un hombre que decidió abrir su hogar para socorrer a todos los vecinos de Punta Cardón. Sin embargo, con la llegada del equipo y la formalización de la fundación, el proyecto ha dado un giro, porque no solo se dedica a buscar insumos médicos, sino también se ha enfocado en la educación.
Pretenden convertir la casa en un centro de formación para todos los habitantes de Punta Cardón, donde se impartan clases de teatro, música, baile, diseño y se enseñe un oficio diferente al que por tradición predomina en la zona, como es la pesca.
Hoy cuentan con equipos de las universidades que están creando la página web y que se han dedicado a crear los logos de la fundación para las diferentes actividades.
Sin embargo, las metas van más allá. Están ideando crear una campaña educativa para incentivar las buenas costumbres y las normas de cortesía, que sienten se han perdido con los años.
Violencia juvenil y embarazo precoz
En el grupo de organizadores hay personas de distintas edades que se han conjugado para llevar a cabo cada actividad. En diciembre, buscan regalos para entregar a los niños de las comunidades más humildes; en días festivos como Carnavales, realizan actividades en la calle obras de teatro, eventos musicales, bailoterapia y competencias deportivas.
“No tenemos recursos, pero pedimos ayuda a la misma comunidad y siempre se logran los objetivos. Queremos seguir creciendo en pro de nuestra Punta Cardón”, expresó Mejía.
La casa siempre está abierta para quien desee llevar ayuda o algo que ya no necesite y quiera donar. Los miembros de la fundación reciben el donativo y buscan la persona que pueda necesitarlo.
Los integrantes de este grupo, en el que también está un médico de la comunidad, trabajan ad honorem, y han invertido su tiempo libre para atender a la comunidad y ayudar a buscar soluciones a sus problemas.
También conocen las vulnerabilidades de la población, y una de las que más les preocupa es el embarazo precoz y la violencia entre jóvenes. Por eso quieren ejecutar un plan de formación en diferentes oficios e incentivar las buenas costumbres para frenar estos hechos.
“Los niños son semillas y estamos seguros que si sembramos cosas buenas, veremos resultados en el tiempo. Hacia allá vamos y esperamos contar con todos”.
Punta Cardón y su gente
Este pueblo es uno de los sectores más antiguos del municipio Carirubana, y aunque creció a los pies de la refinería Cardón, no recibe ningún beneficio de esta, aun cuando han pedido apoyo para las actividades de la fundación.
Al contrario, los pescadores y las playas son salvajemente golpeadas por los constantes derrames de crudo, gas y hasta desechos que contaminan sus áreas. Tampoco es considerado un pueblo importante para el gobierno municipal, ya que sus calles están llenas de huecos, la comunicación y la conectividad es casi nula y abundan los problemas de alumbrado público, cloacas y aguas blancas.
Sus escuelas y canchas deportivas están literalmente por el piso. Aunque instalaron una planta desalinizadora hace años, esta no funciona. Las necesidades de esta población que vive principalmente de la pesca artesanal, ha aumentado los índices de criminalidad en los últimos años y existen sectores que son catalogados por los organismos de seguridad como “altamente peligrosos”, como Los Rosales y Las Viviendas.
Sin embargo, como en todas las comunidades populares, hay familias que quieren salir adelante y trabajan diariamente para conseguir sus objetivos, aunque no tengan apoyo de una de las refinerías más grande de Latinoamérica.
La fundación Amigos de Punta Cardón se puede conseguir en Facebook como fundación amigos de Punta Cardón; en Instagram como @fundacionamigosdepuntacardon; en Tiktok @fundamigos_puntacardon; en YouTube como Fundación Amigos de Punta Cardón. Los teléfonos contactos 0412-5802995 y 0424-8753063.