La actriz catalana Laia Costa conquistó este sábado por la noche en Sevilla el Premio Goya a mejor actriz protagonista por su empática interpretación de una madre primeriza enfrentada a una profunda transición vital en la película “Cinco lobitos”.
Con su desbordada pero contenida Amaia, Costa se impuso a la francesa Marina Foïs, que competía por “As bestas”, a Anna Castillo (“Los girasoles silvestres”), Bárbara Lennie (“Los renglones torcidos de Dios”) y Vicky Luengo (“Suro”).
La intérprete barcelonesa, de 37 años, consigue así su primer Goya en la que era también su primera nominación, tras una carrera de éxito en el extranjero.
Costa, que comenzó a actuar tras licenciarse en Publicidad, llamó la atención de la industria independiente tras protagonizar “Victoria”, una vanguardista cinta alemana con la que conquistó el premio Lola -los Óscar alemanes- a la mejor actriz en 2015, y que fue nominada a los Premios del Cine Europeo (2015) y a los Bafta (2017).
A partir de entonces, encadenó diferentes proyectos en varios países hasta comprometerse con “Cinco lobitos”, una cinta que se gestó con un presupuesto modesto, pero que acabó ganándose a la crítica y ha llevado a muchos en España redescubrir a Costa.
“Es la primera vez que voy a asistir a los Goya”, explicó la actriz hace unos días al periódico elDiario.es.
“El público español es muy hermoso, siento que hay como un ciclo ahí, me gusta pensar que es como cerrar un ciclo”, agregó sobre su primera nominación a los Goya.
En “Cinco lobitos”, dirigida por la debutante Alauda Ruiz de Azúa, que se hizo con el Goya a directora novel, Costa interpreta a Amaia, una madre primeriza que regresa a casa de sus padres durante los desbordantes primeros meses de crianza.
Allí, en la bella costa vasca, se encontrará con la repentina enfermedad terminal de su madre y la necesidad de asumir también sus cuidados.
La actriz catalana leyó el guión embarazada y, tras el parón de la pandemia, arrancó el rodaje meses después de haber tenido a su primera hija, compartiendo ojeras y algunas vivencias con la protagonista.
“Era arriesgado, pero mi vida y la de Amaia se intercambiaban guiños muy profundos. A veces pienso: si la película no hubiera tenido este éxito, me hubiera sentido también feliz, porque esos guiños se seguirían acompañando”, explicó en una entrevista con El País en enero.
AFP